Usted se preocupa de los dientes, los ojos, y otras partes del cuerpo de sus hijos. Les enseña a lavarse, cepillarse y asearse, pero ¿qué hace acerca de los pies de sus hijos--esos pies aún en desarrollo que tienen que soportar todo el peso del cuerpo a lo largo de una vida? Muchos problemas de pies adultos, como otras enfermedades del cuerpo, tienen su origen en la niñez y están presentes al nacer. La atención profesional periódica y el cuidado regular de los pies pueden minimizar esos problemas en la vida adulta. Descuidar la salud de los pies llama a problemas en otras partes del cuerpo, como las piernas y la espalda. Puede también haber efectos no deseados en la personalidad. El joven con problemas en los pies camina de forma extraña y suele adoptar malas posturas en general. Como resultado, el niño puede volverse tímido, introvertido, y evitar los deportes y las actividades sociales. La comunicación entre el podiatra, el pediatra y otros especialistas médicos ayuda a resolver estos problemas relacionados. Los pies de su bebé El pie humano--una de las partes más complicadas del cuerpo--tiene 26 huesos y multitud de ligamentos, músculos, vasos sanguíneos y nervios. Al ser los pies de los niños pequeños suaves y maleables, una presión anormal puede causar deformidades fácilmente. El pie de un niño crece rápidamente durante el primer año, alcanzando casi la mitad de su tamaño adulto. Es por esto que los especialistas del pie consideran el primer año el más importante en el desarrollo del pie. Estas son algunas sugerencias para ayudarle a asegurarse de que este desarrollo se efectúa normalmente:
Comenzar a caminar No es sabio forzar a un niño a caminar. Cuando esté preparado física y emocionalmente, el niño caminará. Las comparaciones con otros niños no son orientativas, pues la edad a la que caminan solos varía de los 10 a los 18 meses. Cuando el niño acaba de empezar a caminar, no son necesarios los zapatos en la casa. Permitir al niño que vaya descalzo o lleve sólo calcetines ayuda al pie a crecer normalmente y desarrollar su musculatura y fuerza, así como la acción de agarre de los dedos. Por supuesto, al caminar fuera o sobre superficies ásperas, los pies del bebé deberían protegerse con calzado ligero y flexible, hecho de materiales naturales. Crecer Al continuar desarrollándose los pies del niño, puede ser necesario cambiar la talla de zapatos y calcetines cada pocos meses para dejar espacio para que crezca el pie. Aunque los problemas de los pies resultan las más veces de heridas, deformidades, enfermedad o factores hereditarios, el calzado inapropiado puede agravar condiciones preexistentes. Los zapatos u otro calzado no deberían nunca pasarse a otro niño. Los pies de los niños pequeños son a menudo inestables a causa de problemas musculares que hacen difícil o incómodo caminar. Un examen en profundidad por un podiatra puede detectar un defecto o una condición subyacente que puede requerir tratamiento inmediato o consulta con otro especialista. La APMA conoce hace tiempo la alta incidencia de defectos en los pies entre los jóvenes, y recomienda exámenes regulares de la salud del pie de los niños en edad escolar. Actividades deportivas Millones de niños americanos participan en deportes individuales o de equipo, muchos de ellos fuera de la escuela, donde no siempre hay disponible consejo sobre el equipo y las condiciones. Los padres deben preocuparse de la participación de los niños en deportes que requieran correr y girar mucho, o que impliquen contacto con otros. Un vendaje protector en los tobillos es a menudo necesario para prevenir esguinces o fracturas. Los padres deberían considerar hablar de estos asuntos con el podiatra de la familia si tienen niños que participan en actividades deportivas. Las lesiones de pie y tobillo relacionadas con deportes están aumentando al participar activamente en deportes más niños. Consejos sobre los pies del niño de la APMA:
Su medico/cirujano podiatra se ha formado específica y extensamente en el diagnóstico y tratamiento de todo tipo de problemas en los pies. Esta formación incluye cada uno de los sistemas y estructuras, intrincadamente interrelacionados, del pie y la parte baja de la pierna, incluida la piel y los sistemas neurológico, circulatorio, y musculoesquelético, que comprende los huesos, articulaciones, ligamentos, tendones, músculos y nervios.
|