El bienestar espiritual y religioso puede estar relacionado con una mejor calidad de vida.

No se sabe con seguridad cómo se relaciona la espiritualidad con la salud. Algunas investigaciones muestran que las creencias y prácticas espirituales o religiosas promueven una actitud mental positiva que podría ayudar a que el paciente se sienta mejor y mejorar el bienestar de los familiares que atienden al enfermo. El bienestar espiritual y religioso podría relacionarse con una mejor calidad de vida de las siguientes formas:

• Menor ansiedad, depresión e incomodidad.
• Menor sentimiento de soledad.
• Mejor adaptación a los efectos del cáncer y su tratamiento.
• Mejor capacidad para seguir disfrutando la vida durante el tratamiento del cáncer.
• Sentido de crecimiento personal como resultado de vivir con cáncer.
• Mejores resultados de salud.

El sufrimiento espiritual puede contribuir a peores resultados de salud.

Un grado alto de sufrimiento espiritual puede interferir con la capacidad del paciente de enfrentarse con el cáncer y su tratamiento. Este sufrimiento puede contribuir a peores resultados de salud y menos satisfacción con la vida. Los proveedores de salud pueden alentar a los pacientes a buscar el consejo apropiado de líderes espirituales o religiosos para que le ayuden a resolver sus conflictos; ello puede mejorar la salud, la calidad de vida y la capacidad de hacer frente a la enfermedad.