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Cáncer de las vías biliares extrahepáticas: Tratamiento (PDQ®)
Versión Paciente   Versión Profesional De Salud   In English   Actualizado: 08/08/2008



Información general sobre el cáncer de conducto biliar extrahepático






Estadios del cáncer de conducto biliar extrahepático






Cáncer de conducto biliar extrahepático recidivante






Aspectos generales de las opciones de tratamiento






Opciones de tratamiento para el cáncer de conducto biliar extrahepático






Información adicional sobre el cáncer de las vías biliares extrahepáticas






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Modificaciones a este sumario (08/08/2008)






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Información general sobre el cáncer de conducto biliar extrahepático

Puntos importantes de esta sección


El cáncer de las vías biliares extrahepáticas es una enfermedad poco frecuente por la cual se forman células malignas (cancerosas) en la sección de las vías biliares fuera del hígado.

Una red de conductos biliares (tubos) conecta el hígado y la vesícula al intestino delgado. Esta red se inicia en el hígado donde muchos conductos pequeños recogen la bilis, un líquido elaborado por el hígado para descomponer las grasas durante la digestión. Los conductos pequeños se juntan para formar los conductos biliares hepáticos derecho e izquierdo, que salen del hígado. Los dos conductos se unen fuera del hígado para convertirse en el conducto hepático común. La sección del conducto hepático común que está fuera del hígado se llama el conducto biliar extrahepático. Al conducto biliar extrahepático se une un conducto que se origina en la vesícula (en donde se almacena la bilis) y juntos forman el conducto biliar común. Desde la vesícula se libera bilis a través del conducto biliar común hacia el intestino delgado durante la digestión de alimentos.

La colitis o ciertas enfermedades hepáticas aumentan el riesgo de padecer de cáncer de conducto biliar extrahepático.

Cualquier cosa que aumenta el riesgo de contraer una enfermedad se llama factor de riesgo. Tener un factor de riesgo no significa que se va a contraer la enfermedad; no tener factores de riesgo no significa que no se va a contraer la enfermedad. Las personas que piensan que pueden estar en riesgo deben consultar esto con su médico. Los factores de riesgo incluyen padecer de algunas de las siguientes enfermedades:

  • Colangitis esclerosante primaria.
  • Colitis ulcerativa crónica.
  • Quistes en el conducto biliar común.
  • Infección con un parásito trematodo hepático chino.

Entre los signos posibles de cáncer de conducto biliar extrahepático se incluyen ictericia y dolor.

Estos y otros síntomas pueden ser ocasionados por el cáncer de conducto biliar extrahepático o por otras afecciones. Se debe consultar con un médico ante cualquiera de los siguientes problemas:

  • Ictericia (tonalidad amarilla de la piel o el blanco de los ojos).
  • Dolor en el abdomen.
  • Fiebre.
  • Picazón en la piel.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar el cáncer de conducto biliar extrahepático, se utilizan pruebas que examinan el conducto biliar y el hígado.

Se pueden utilizar las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para comprobar los signos generales de salud, inclusive el control de signos de enfermedad, como masas o cualquier otra cosa que parezca anormal. Se toma también los antecedentes médicos de las enfermedades y los tratamientos previos del paciente.


  • Ecografía: procedimiento por el cual se hacen rebotar ondas sonoras de alta energía (ultrasónicas) en tejidos u órganos internos y se crean ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos corporales llamada sonograma. La imagen se puede imprimir y observar más tarde.


  • Exploración por TC (exploración por TAC): procedimiento mediante el cual se toma una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, desde ángulos diferentes. Las imágenes son creadas por una computadora conectada a una máquina de rayos X. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere, a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen más claramente. Este procedimiento también se llama tomografía computada, tomografía computarizada o tomografía axial computarizada. Una exploración por TC en espiral o TC helicoidal crea imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo mediante una máquina de rayos X que examina el cuerpo siguiendo un recorrido en espiral. Las imágenes son creadas por una computadora conectada a una máquina de rayos X.


  • IRM (imaginología por resonancia magnética): procedimiento en el que usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear imágenes detalladas de áreas internas del cuerpo. Este procedimiento también se llama imaginología por resonancia magnética nuclear (IRMN).


  • CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica): procedimiento que usa radiografías de los conductos (tubos) que llevan bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar y desde la vesícula biliar hasta el intestino delgado. A veces, el cáncer de vesícula hace que estos conductos se estrechen y bloqueen o demoren el flujo de bilis, lo que produce ictericia. Se introduce un endoscopio por la boca, el esófago y el estómago hasta la primera parte del intestino delgado. Un endoscopio es un instrumento delgado en forma de tubo con una luz y una lente para observar. Luego, se inserta un catéter (un tubo más pequeño) a través del endoscopio hasta los conductos pancreáticos. Se inyecta un tinte a través del catéter hacia los conductos y se toma una radiografía. Si los conductos están bloqueados por un tumor, se puede insertar un tubo delgado en el conducto para desbloquearlo. Este tubo (o derivación) se puede dejar colocado para mantener abierto el conducto. También se toman muestras de tejidos y se observan bajo un microscopio para determinar si hay signos de cáncer.


  • CTP (colangiografía transhepática percutánea): procedimiento utilizado para tomar una radiografía del hígado y los conductos biliares. Se inserta una aguja fina en el hígado a través de la piel por debajo de las costillas. Se inyecta una tinción en el hígado o los conductos biliares y se toma una radiografía. Si se encuentra un bloqueo, se deja una sonda delgada y flexible, llamada derivación, en el hígado para drenar la bilis al intestino delgado o a una bolsa de recolección fuera del cuerpo.


  • Biopsia: extracción de células o tejidos para que un patólogo las pueda observar bajo un microscopio y determine la presencia de signos de cáncer. La muestra se puede tomar con una aguja delgada que se inserta en el conducto durante una radiografía o una ecografía. Esto se llama biopsia por aspiración con aguja fina (AAF). La biopsia se realiza habitualmente una CTP o una CPRE. El tejido también se puede extraer durante una cirugía.


  • Prueba de la función hepática: procedimiento mediante el que se analiza la sangre para medir las concentraciones en la sangre de ciertas sustancias liberadas por el hígado. Una concentración alta de una sustancia puede ser un signo de enfermedad del hígado cuya causa puede ser un cáncer de vesícula biliar.


Ciertos factores afectan el pronóstico (posibilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento.

El pronóstico (posibilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento dependen de los siguientes aspectos:

  • El estadio del cáncer (si afecta sólo el conducto biliar o si se ha diseminado hasta otros lugares en el cuerpo).
  • Si el tumor puede extraerse completamente mediante cirugía.
  • Si el tumor está localizado en la sección superior o inferior del conducto.
  • Si el cáncer se ha diagnosticado recientemente o si recidivó (volvió)).

Las opciones de tratamiento también pueden depender de los síntomas que causa el tumor. El cáncer de conducto biliar extrahepático se encuentra habitualmente después de que se ha diseminado y muy raramente puede extraerse completamente por medio de cirugía. La terapia paliativa puede aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

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