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Otro estudio relaciona la dieta occidental con riesgos cardiacos y de salud

Pero también encontró que la gaseosa dietética no protege contra el síndrome metabólico

Por Amanda Gardner
Reportero de Healthday

(FUENTES: Lyn Steffen, Ph.D., R.D., associate professor, epidemiology, University of Minnesota School of Public Health, Minneapolis; Suzanne Steinbaum, M.D., director, Women and Heart Disease, Lenox Hill Hospital, New York City; Jan. 22, 2008, Circulation)

MARTES 22 de enero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Una dieta "occidental" rica en carne, comida frita y granos refinados pone a la gente en mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico, una colección de factores de riesgo para problemas cardiacos, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2, según encontró un estudio reciente.

Los hallazgos confirmaron investigaciones anteriores con una interesante variación, pues la gaseosa dietética no cambia la ecuación de riesgo de salud (sorprendentemente, también aumenta los riesgos), aunque consumir más lácteos podría proteger.

Un increíble 60.5 por ciento de los participantes del estudio tenía síndrome metabólico al inicio de éste o lo desarrolló durante los nueve años de seguimiento.

"Es una llamada de alerta roja", afirmó la Dra. Suzanne Steinbaum, directora de Mujeres y enfermedad cardiaca del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, quien no participó en el estudio. "Me encanta que le llamen dieta occidental. Es la perspectiva de que nosotros, como estadounidenses, no podríamos comer peor".

Los hallazgos aparecen publicados en la edición del 22 de enero de Circulation.

Se considera que una persona tiene síndrome metabólico si tiene tres o más de los siguientes factores de riesgo cardiovascular: una gran circunferencia en la cintura, hipertensión, niveles elevados de glucosa en ayunas, bajos niveles de colesterol HDL ("bueno") y triglicéridos elevados.

Según los datos del gobierno de EE.UU. recolectados entre 1988 y 1994, el 24 por ciento de los adultos estadounidenses (47 millones de personas) tenía síndrome metabólico. Los autores afirmaron que ahora esa cifra es probablemente mayor.

Aunque la obesidad y la inactividad física subyacen la mayoría de los casos de síndrome metabólico, el papel de la dieta todavía no se comprende bien.

Los autores del nuevo estudio usaron cuestionarios de "frecuencia alimentaria" que habían sido rellenados por más de diez mil personas que participaban en el estudio Riesgo de aterosclerosis en las comunidades, financiado por el gobierno. El cuestionario incluía 66 ítems relacionados con la ingesta de alimentos.

Dependiendo de las respuestas en general, las preferencias dietéticas de los participantes se clasificaron como "patrón occidental" o "patrón prudente".

La dieta occidental consistía de más granos refinados, carne procesada, comida frita, carne roja, huevos y gaseosa, y menos pescado, frutas, verduras y granos integrales.

La dieta prudente era rica en verduras crucíferas como el brócoli y la col, verduras carotenoides (zanahorias, calabaza), frutas, pescado y mariscos, aves, granos integrales y lácteos bajos en grasa.

La relación entre el síndrome metabólico y ciertos artículos alimentarios específicos (como comida frita, gaseosa regular y dietética, bebidas de frutas, nueces y café) también se exploró.

Las personas que tenían las puntuaciones más altas en la dieta de "patrón occidental" tenían un aumento en el riesgo de desarrollar síndrome metabólico de 18 por ciento, frente a las personas que tenían las puntuaciones más bajas en ese grupo.

Los individuos que tenían el mayor consumo de carne tenían un riesgo 26 por ciento mayor de desarrollar síndrome metabólico, en comparación con los que comían la menor cantidad de carne. Las hamburguesas, perritos calientes y carnes procesadas parecían acelerar el efecto.

Por otro lado, se encontró que consumir lácteos protegía. Los individuos que consumían la mayor cantidad de lácteos tenían un riesgo trece por ciento menor de desarrollar síndrome metabólico, en comparación con los que consumían la menor cantidad.

La comida frita, como la comida rápida, y la gaseosa dietética también se relacionaban con el síndrome metabólico, mientras que las bebidas endulzadas, como la gaseosa y las bebidas de fruta, además del café y las nueces no lo estaban.

Los autores del estudio señalaron que los hallazgos sobre la gaseosa dietética hacen eco de los de un ensayo anterior.

"La primera vez que surgió, no lo creíamos", apuntó Steinbaum. "Esta es la segunda vez, ahora en otro estudio de mayor tamaño".

"Eso no lo esperábamos", añadió Lyn Steffen, coautora del estudio y profesora asociada de epidemiología de la Facultad de salud pública de la Universidad de Minnesota. "No sé a qué se deba, pero creo que en este momento se está evaluando la gaseosa dietética y qué es lo que hace para promover estas anormalidades metabólicas".

"El mensaje no ha cambiado", agregó Steffen. "La gente debe comer según las directrices dietéticas para los estadounidenses, es decir, llevar una dieta rica en alimentos vegetales. No me opongo a la carne, pero deben consumir carne roja y procesada una o dos veces a la semana, no una o dos veces al día".

Más información

Para saber más sobre el síndrome metabólico, visite la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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