MARTES, 5 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- La nevirapina, utilizada ampliamente en países en desarrollo para prevenir la transmisión del VIH de la madre al bebé, permanece en la leche materna y en la sangre de las madres, según halla un estudio reciente de la Universidad de Stanford.
Los investigadores agregaron que esto, a su vez, podría aumentar el riesgo de que ellas y sus hijos desarrollen cepas de VIH resistentes a los medicamentos.
Los científicos examinaron a 32 mujeres embarazadas VIH positivas de Zimbabue que recibieron una sola dosis de nevirapina al comienzo del parto. Las mujeres no habían recibido ningún otro tratamiento para la infección por VIH, el virus que causa el SIDA.
Dos semanas después del parto, más de a mitad de las mujeres continuaba teniendo niveles detectables del medicamento en la sangre y las dos terceras partes tenían niveles mesurables de nevirapina en la leche materna. Entre más tiempo permanezca el medicamento en el organismo, más probable es que desarrolle mutaciones resistentes a los medicamentos, según los investigadores de la Stanford.
Al comienzo del estudio, ninguna de las mujeres tenía cepas de VIH resistentes a los medicamentos. Sin embargo, dos meses después del parto, la tercera parte de las mujeres tenía cepas resistentes a los medicamentos en la sangre y el 65 por ciento tenía cepas resistentes también en la leche materna, que podían ser transmitidas a los bebés durante la lactancia. Las mujeres que tenían VIH más avanzado tenían más probabilidades de desarrollar cepas resistentes a los medicamentos.
El estudio tenía previsto ser presentado el martes en la Conferencia internacional sobre el SIDA en la ciudad de México.
"A corto plazo, la nevirapina es mejor que nada. Pero a largo plazo, me preocupa que confiera resistencia. Si se habla de resistencia a gran escala, podría perjudicar el tratamiento futuro de las madres y los bebés", señaló en un comunicado de prensa de la Stanford el Dr. David Katzenstein, profesor de enfermedades infecciosas.
La nevirapina y otro medicamento llamado zidovudina (AZT) tienen una función importante en los programas de salud pública para prevenir el contagio entre madre e hijo del VIH en países en desarrollo. En todo el mundo, los medicamentos se han usado como herramientas preventivas en cerca de 900,000 mujeres y bebés.
El acceso a un mejor tratamiento antirretroviral reduciría el riesgo de desarrollar VIH resistente a los medicamentos, señaló la Dra. Seble Kassaye, primera autora del estudio e instructora de enfermedades infecciosas.
"[El estudio] refuerza la necesidad de tratar a estas mujeres con terapia combinada, lo que ofrece mejor prevención para el bebé, mientras ofrecen mejor tratamiento para la madre. Los esfuerzos de salud pública por expandir la terapia combinada para que los bebés no queden vulnerables a la resistencia a los medicamentos deben continuar", señaló Kassaye en el comunicado de prensa.
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Página actualizada: 07 agosto 2008 |