Estudiantes hispanos y afroamericanos de segundo año de high school indican un mayor interés en la escuela que sus compañeros blancos, según un nuevo informe del Departamento de Educación
Una encuesta de todos los estudiantes de high school muestra que la mayoría de ellos piensa asistir a la universidad
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10 de marzo de 2005
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Los estudiantes hispanos y afroamericanos de segundo año de high school expresaron un mayor interés en la escuela que sus compañeros blancos, según el informe titulado A Profile of the American High School Sophomore in 2002 ['Un perfil del estudiante de segundo año de high school en 2002'], dado a conocer hoy por el National Center for Education Statistics (NCES) del Departamento.

Aunque se registró un mayor entusiasmo por la escuela entre los estudiantes hispanos y afroamericanos, los grupos minoritarios en general todavía iban a la zaga de sus compañeros blancos en cuanto al rendimiento académico y la preparación para los estudios universitarios. Según reveló el informe, un poco menos de dos tercios de los blancos (el 66 por ciento) que pensaban obtener un título universitario de cuatro años eran competentes en lectura, mientras que menos de un tercio de los negros (el 31 por ciento) y un poco más de un tercio de los hispanos (el 35 por ciento) se encontraban al nivel dos en lectura (inferencia simple). Entre los estudiantes de segundo año que esperaban obtener por lo menos un título de cuatro años a nivel universitario, el seis por ciento de los negros y el 12 por ciento de los hispanos, en relación con el 33 por ciento de los blancos, eran competentes al nivel 4 en matemática (conceptos intermedios).

"Este informe muestra que nosotros como sociedad hemos hecho una excelente labor de promover el sueño de asistir a la universidad," dijo la Secretaria de Educación de EEUU Margaret Spellings. "Pero tenemos que asegurarnos de que estemos preparando a los estudiantes de high school para triunfar una vez que entren por la puerta. Por eso el Presidente Bush ha propuesto una iniciativa para extender los principios comprobados de Que Ningún Niño Se Quede Atrás—responsabilidad del rendimiento, opciones educativas, prácticas basadas en la investigación y la flexibilidad—a los high schools. La Iniciativa de High School establece una intervención de uno a uno con los estudiantes que corren el mayor riesgo de abandonar los estudios; recompensa a los maestros que se desempeñan bien su función con los estudiantes de bajos ingresos económicos y minoritarios; aumenta las Becas Pell para ayudar a un mayor número de estudiantes a seguir los estudios superiores; e introduce expectativas y rendición de cuentas más rigurosas en todas las escuelas secundarias."

El estudio reveló que los estudiantes hispanos y afroamericanos en general decían tener una percepción de la escuela más positiva que la de los blancos—desde el reconocimiento de la importancia de las buenas calificaciones hasta quedarse satisfechos con su trabajo en la clase.

Por ejemplo: los negros (el 62 por ciento) y los hispanos (el 53 por ciento) tenían una mayor probabilidad que los blancos (el 47 por ciento) de afirmar que obtener buenas notas era importante para ellos; los negros y los hispanos, más que los blancos, indicaron que iban a la escuela porque las materias académicas eran interesantes y estimulantes (el 63 por ciento para los negros y el 52 por ciento para los hispanos en relación con el 52 por ciento para los blancos); y los estudiantes negros e hispanos de segundo año de high school tenían una mayor probabilidad que sus compañeros blancos de indicar que les gustaba la escuela mucho (el 29 por ciento y el 30 por ciento en relación con el 21 por ciento, respectivamente).

Un análisis básico de las expectativas de estudiantes de décimo grado en 2002 (todos los grupos étnicos) reveló que la mayoría (el 72 por ciento) pensaba obtener un título universitario o un postgrado y la mayoría (el 83 por ciento) calificaron la obtención de buenas notas como "muy importante." La mayoría de esos estudiantes de segundo año de high school también daba una importancia especial a la obtención de buenas notas, mientras que las asignaturas estimulantes eran fundamentales para la motivación de más de la mitad de ellos para asistir a la escuela.

Con el tiempo, parece que un mayor número de estudiantes de segundo año de high school se da cuenta de la importancia de un título universitario. Comparado con encuestas de estudiantes de segundo año de secundaria realizados en 1980 y 1990, cuando el 41 por ciento y el 59 por ciento respectivamente dijo que esperaba obtener un título universitario de 4 años o un postgrado, los estudiantes del décimo grado de 2002 tenían una mayor probabilidad (el 72 por ciento) de esperar continuar estudiando y obtener un título universitario u otro título superior.

El informe profundizó en la coherencia entre las expectativas de los estudiantes de segundo año de high school para su futura educación y su preparación para la misma durante el high school. En general, la mayoría de los estudiantes de segundo año de secundaria esperaba continuar con sus estudios superiores: sólo el 8 por ciento esperaba terminar el high school o menos; otro 10 por ciento esperaba graduarse de un programa universitario de cuatro años; otro 20 por ciento, obtener una maestría; y el 16 por ciento, obtener un Ph.D., M.D., u otro doctorado o título profesional.

Si bien las expectativas de seguir con la educación superior aumentaban para los que tenían los puntajes más altos en los exámenes y en las familias con un ingreso económico más alto, las expectativas de todos los grupos eran relativamente altas, según indicó la encuesta. Lo interesante es que casi dos veces más mujeres que hombres ( el 20 por ciento en relación con el 12 por ciento) esperaban obtener un doctorado o título profesional, mientras que dos veces más hombres que mujeres (el 11 por ciento en relación con el 5 por ciento) esperaban terminar su educación con un diploma de high school o menos.

Y aunque una tercera parte de los estudiantes de segundo año indicó que no sabía qué ocupación esperaba tener para la edad de 30 años, casi la mitad dijo que sí esperaba tener un trabajo de nivel profesional.

"Pienso que este informe es alentador—es mayor evidencia de que vamos por buen camino al tratar de reformar los años de high school," dijo la Secretaria Spellings. "Al extender las evaluaciones anuales a los grados superiores, podremos ver cuáles estudiantes se están quedando a la zaga y ayudarles a corregir eso antes de que sea demasiado tarde. También nos ayudará a restablecer el valor del diploma de high school, convirtiéndolo en un boleto al éxito en el siglo 21."

Los datos de este informe se usan para describir el rendimiento y la condición educativa de una muestra representativa nacional de 15,362 estudiantes de décimo grado en 752 escuelas públicas, católicas y privadas que se sometieron a un estudio durante el trimestre primaveral del año escolar 2001-02. El informe incluyó sus características sociodemográficas y educativas; examinó sus experiencias en la escuela; exploró sus actividades extracurriculares; analizó cómo usaban su tiempo, examinando el tiempo que dedicaban a la lectura por gusto, la tarea escolar, el trabajo remunerado y al uso de la computadora; examinó el rendimiento que obtenían en exámenes de lectura y matemáticas; y analizó sus valores, expectativas y planes.

El texto completo de A Profile of the American High School Sophomore in 2002: Initial Results From the Base Year of the Education Longitudinal Study of 2002 se encuentra en línea en http://nces.ed.gov/pubsearch/pubsinfo.asp?pubid=2005338. Se puede pedir una copia del informe llamando gratis al 1-877-4ED-PUBS (1-877-433-7827) ó (1-877-576-7734 TTY/TDD); por medio de correo electrónico en edpubs@inet.ed.gov; o mediante Internet en http://www.ed.gov/pubs/edpubs.html.

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Last Modified: 03/16/2005