que hoy se
remonta a más de tres décadas en el pasado, en la
cual la tradición de su cultura, la riqueza de su
petróleo y la educación y habilidades de sus
habitantes le ganaron a Iraq un sitio respetado, tanto en el mundo
árabe como en la comunidad internacional en general.
Tal vez los miembros de la generación que creció
después de que Saddam Hussein tomó el poder no tengan
recuerdos personales de esa época, pero todos ellos han
oído la historia de labios de sus familiares. Ellos
también han compartido los recuerdos de una
generación que no se ha olvidado de la época anterior
al día que Saddam devoró a su país y
transformó la historia de un pueblo en la biografía
de un tirano.
Muchos de los iraquíes libres que viven fuera de su
país --ya sea en Estados Unidos, Europa, el Oriente Medio u
otro lugar-- han hecho algo más que recordar. Desde mucho
tiempo antes de la campaña militar actual para liberar a
Iraq, ellos se han dedicado con diligencia a convertir esa
esperanza en realidad, por medio de un esfuerzo sin precedente a
fin de planear un futuro para cuando Saddam Hussein se haya ido.
En el curso del año pasado, muchos de estos
iraquíes se reunieron en una serie de 17 grupos de trabajo,
bajo los auspicios del Departamento de Estado de Estados Unidos,
con el fin de intercambiar sus ideas y sus planes para la
construcción de un nuevo Iraq.
"El Proyecto del Futuro de Iraq", como se conoce esta
iniciativa, no fue ni un proceso político ni un intento de
crear una especie de gobierno en el exilio. En lugar de eso, fue un
esfuerzo amplio y voluntario para fusionar el talento, la
experiencia y la pericia de la numerosa comunidad de
iraquíes que han vivido fuera del alcance de Saddam
Hussein.
En esos grupos de trabajo --cuyo enfoque ha abarcado desde la
edificación de la democracia y el petróleo hasta la
salud, la educación y el agua--, los iraquíes libres
se han dedicado a planear la forma en que su patria podrá
recuperarse de la crueldad y la corrupción del
régimen de Saddam Hussein, y el modo de construir las
instituciones de libertad política, económica y
personal con las que Iraq podrá ocupar una vez más el
lugar que le corresponde en la comunidad de las naciones.
Todos los iraquíes incluidos en los grupos de trabajo
--tanto los que ya habían tenido un papel activo en
organizaciones políticas dirigidas por iraquíes, como
los que no lo habían tenido antes-- se expusieron a riesgos
al participar en el Proyecto del Futuro de Iraq. Sin embargo, todos
ofrecieron su pericia en el ámbito de la ingeniería
civil, el cuidado de la salud, la producción de
petróleo, la agricultura o el estado de derecho.
Aportaron también a su trabajo una gran variedad de
puntos de vista. De hecho, todos coincidieron en que la oportunidad
misma de compartir sus distintas opiniones --aun en los casos en
que sus discusiones no pudieron concluir en un acuerdo total-- fue
uno de los aspectos más valiosos de su experiencia.
El Proyecto del Futuro de Iraq no fue un ejercicio
académico o teórico. Así lo dijo el
subsecretario de Estado para asuntos políticos, Marc
Grossman, al rendir testimonio en el Senado de Estados Unidos el 11
de febrero de 2003, antes del inicio de la Operación
Libertad de Iraq: "En la esfera legal, por ejemplo, los abogados
iraquíes del grupo de trabajo llamado Justicia en la
Transición han escrito 600 páginas, en árabe,
con las reformas que proponen para el Código Penal, el
Código de Procedimientos Penales, el Código Civil, la
Ley de Nacionalidad, el Código de Procedimientos Militares
y otros más". »
![Un vendedor saluda al pasar frente a un mural en Sulaymaniyah](https://webarchive.library.unt.edu/eot2008/20080921141331im_/http://usinfo.state.gov/products/pubs/dutyiraq/images/vendor.jpg) Un vendedor saluda al pasar frente a un mural en Sulaymaniyah, una
ciudad del Kurdistán iraquí que ha estado por
más de un decenio bajo la protección de patrullas
aéreas que encabeza Estados Unidos. (Hasan Sarbakhshian, AP/WWP)
|
El Grupo de Trabajo sobre el Agua, la Agricultura y el Medio
Ambiente identificó como su más alta prioridad la
necesidad de suministrar agua limpia a los ciudadanos de Iraq.
Además, sus miembros apoyaron el proyecto Edén
Recobrado, el cual prevé la rehabilitación de las
tierras húmedas y los pantanos que Saddam Hussein
decidió destruir en los decenios de su inexorable embate
contra la tierra y la población del sur de Iraq.
La composición de los miembros del Grupo de Trabajo de
Economía e Infraestructura reflejó la diversidad del
propio Iraq e incluyó a profesionales de Estados Unidos,
Gran Bretaña, Canadá, Europa, el Oriente Medio y el
Kurdistán iraquí. Los participantes provienen de
muchos grupos étnicos y religiosos diferentes: sunitas,
chiítas, asirios, curdos y muchos más. En sus
informes, ellos bosquejaron un proceso en tres etapas que se
enfocaría en mantener la seguridad y los servicios
esenciales, satisfacer las necesidades básicas de toda la
población iraquí y reconstruir la infraestructura y
la economía de la nación.
Un grupo de trabajo más reciente, enfocado en la sociedad
civil, declaró al final de su primera sesión, en
febrero de 2003: "Es natural que Iraq, por ser la cuna
histórica de la civilización, tenga una sociedad
civil que respete, proteja y capacite a los iraquíes para
prosperar con un gobierno democrático".
El Grupo de Trabajo del Petróleo y la Energía ha
trazado planes específicos para reconstruir la
infraestructura de la industria del petróleo y, a la vez,
tratar de diversificar la economía de Iraq. "Todos
coincidieron en que el sector del petróleo y energía
sería la fuerza impulsora con la cual los iraquíes
volverían a prosperar en cuanto el despótico
régimen de Saddam Hussein fuera removido", expresaron en una
declaración el 1 de marzo de 2003.
Grupos de trabajo del Proyecto del Futuro de Iraq :
Principios y procedimientos democráticos
Economía e infraestructura
Política e instituciones de defensa
Educación
Salud pública y necesidades humanitarias
Construcción de la capacidad de la sociedad civil
Justicia en la transición
Agua, agricultura y medio ambiente
Preservación del patrimonio cultural de Iraq
Finanzas públicas
Petróleo y energía
Gobierno local
Medidas contra la corrupción
Seguridad externa y nacional
Medios de información libres
Migración
Servicios sociales
|
El Grupo de Trabajo de Principios y Procedimientos
Democráticos discutió algunas de las cuestiones
más difíciles y contenciosas sobre la autoridad
política y la identidad étnica. A pesar de todo, se
llegó a un acuerdo en torno a los principios básicos
del gobierno democrático y de un sistema federal de
representación para un Iraq unificado. Como dijo uno de los
participantes: "Es necesario que todos nos sintamos iraquíes
antes que curdos, chiítas o sunitas, árabes o
turcomanos. Debemos tener el sentimiento de que pertenecemos a
Iraq".
Aun cuando el Proyecto del Futuro de Iraq está a cargo de
iraquíes libres, ni los participantes ni el Departamento de
Estado se propusieron jamás que esta iniciativa fuera un
medio para imponer los parámetros del futuro a los
más de 20 millones de iraquíes que han soportado el
férreo gobierno de Saddam. Todo lo contrario, desde tiempo
antes de la acción militar, muchos de los grupos de trabajo
trataron de hallar medios informales para comunicar sus ideas y
propuestas a los que estaban en Iraq. Más aún, en
todas las recomendaciones de los grupos de trabajo --ya sea que se
refieran a la salud, el petróleo o los procesos
políticos-- se adopta un enfoque "de adentro hacia fuera" en
el cual los iraquíes libres ayudarán al pueblo de un
Iraq liberado para que éste prosiga el desarrollo y la
implementación de los planes del Proyecto del Futuro de
Iraq. Aquéllos ofrecerán destrezas y recursos que no
están al alcance de quienes han vivido tras las murallas de
la opresión de Saddam.
Como dijo el subsecretario Grossman al declarar ante el
Congreso: "Los iraquíes del exterior no van a controlar las
decisiones que, a fin de cuentas, tendrán que ser tomadas
por todos los iraquíes. Y las personas con quienes estamos
colaborando son un recurso grande, muy grande, pero ellos saben --y
todos lo sabemos-- que a la postre todos los iraquíes
tendrán que estar en condiciones de hablar con libertad y
trabajar juntos en la construcción de un Iraq libre y
democrático".
El patrocinio de Estados Unidos al Proyecto del Futuro de Iraq
es una prueba tangible de su compromiso a largo plazo con la
libertad y el bienestar del pueblo iraquí. El proyecto es
también la promesa implícita de que el futuro de Iraq
le pertenece exclusivamente al pueblo de Iraq y a nadie
más.
El subsecretario de Defensa para asuntos de seguridad
internacional, Douglas Feith, lo dijo con estas palabras: "El
trabajo de Estados Unidos después de la guerra se va a
emprender con una resolución que incluye dos cosas: el
compromiso de quedarse y el compromiso de partir".
Estados Unidos y los miembros de la coalición se van a
quedar en el país para llevar a cabo los objetivos
básicos de remover el régimen de Saddam Hussein,
localizar y destruir todas las armas de destrucción en masa
y garantizar la integridad territorial de Iraq. Pero Estados Unidos
se ha comprometido de igual modo a salir de la región lo
antes posible, demostrando así que el futuro de Iraq le
pertenece solamente al pueblo iraquí.
![El presidente Bush se reúne con iraquíes libres](https://webarchive.library.unt.edu/eot2008/20080921141331im_/http://usinfo.state.gov/products/pubs/dutyiraq/images/bushmtg.jpg) El presidente Bush se reúne con iraquíes libres en la Casa Blanca en abril de 2003. (Foto �ric Draper/Casa Blanca)
|
Después, según lo decidan los propios
iraquíes, Estados Unidos se unirá con aliados de la
coalición, amigos y organizaciones internacionales y
brindará su apoyo a los esfuerzos a largo plazo del
país para edificar un Iraq pacífico,
democrático y próspero.
Así lo expresó el secretario adjunto de Estado
para Asuntos del Cercano Oriente, William Burns, al hablar con
periodistas árabes el 6 de marzo de 2003, antes del inicio
de la acción militar:
La creación de un gobierno representativo firme,
más allá del régimen brutal de Saddam Hussein,
es un proceso complicado. Tendrá que estar a cargo de los
iraquíes, y eso incluye tanto a los que viven hoy en Iraq
como a esas personas valientes de la oposición fuera de Iraq
que han trabajado muchos, muchos años para ayudar a que eso
se haga realidad.
Estados Unidos hará valer sus responsabilidades al
brindar apoyo al proceso y ayudar a edificar las instituciones.
Pero lo haremos con la colaboración de la comunidad
internacional y la de los propios iraquíes, ya que va a ser
necesario ese tipo de cooperación, en el plano internacional
y con los mismos iraquíes, para atender los intereses de los
iraquíes y el interés de la estabilidad de la
región.
El Proyecto del Futuro de Iraq es un paso en el camino hacia una
nueva nación. En una serie de entrevistas recientes, algunos
de los participantes de ese proyecto expusieron sus ideas sobre la
experiencia.
Sus voces son reales, variadas y no son unánimes en modo
alguno. En ellas se expresa escepticismo, preocupación y
contradicciones, aun cuando comparten puntos de vista fundamentales
sobre la necesidad de libertad y democracia para Iraq. En suma,
ellos son la voz de la libertad, las voces de iraquíes que
se interesan por el futuro y desean tener otra vez la oportunidad
de controlarlo.