Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
Servicio de Conservación de Recursos Naturales
Boletín de información agrícola No.99
La conquista de la tierra durante 7,000 años
Prefacio
"La conquista de la tierra durante 7,000 años" es el reporte del Dr. Walter Clay
Lowdermilk acerca de un estudio que realizó en los años 1938 y 1939. Pese a los
cambios en los nombres de los países, en los límites políticos y en la
tecnología de conservación, el boletín aún tiene importancia para todas las
personas que se preocupan por mantener y mejorar la producción agrícola.
Lowdermilk estudió los antecedentes de la agricultura en países en los que la
tierra había sido cultivada por cientos y hasta miles de años. Su misión
primordial era ver si la experiencia de estas civilizaciones antiguas podría
ayudar a resolver los serios problemas de erosión del suelo, los problemas del
uso de la tierra en los Estados Unidos y en la lucha para reparar el terreno
erosionado por el viento, y del Sur poblado de zanjas.
Descubrió que la erosión del suelo, la deforestación, el sobrepastoreo, el
descuido, y los conflictos entre agricultores y pastores han ayudado a derribar
imperios y a exterminar civilizaciones enteras. Al mismo tiempo, Lowdermilk
aprendió que la administración cuidadosa de los recursos de la tierra a través
de terrazas, la rotación de cultivos y de otras medidas de la conservación del
suelo, han permitido a muchas sociedades florecer durante siglos.
Mucho de lo que aprendió y escribió Lowdermilk sobre el uso de la tierra y la
productividad del suelo, comenzó con su innovador trabajo de investigación en la
China, lugar en que su esposa era una misionera Metodista. En 1927, Con el
levantamiento comunista en China, Lowdermilk y su esposa regresaron a los
Estados Unidos. Mientras obtenía su Ph.D. en la Universidad de
California-Berkeley continuó con la investigación de la erosión de suelos y la
administración de cuencas para el Servicio Forestal. En 1933 ingresó al
recién-creado Servicio de Conservación de Suelos del Hugh Hammond Bennett como
Director-asistente. Más tarde se convirtió en Jefe-asistente del Servicio de
Conservación de Suelos, predecesor del Servicio de Conservación de Recursos
Naturales. Como Jefe-asistente, Lowdermilk mantuvo una primordial
responsabilidad en el desarrollo del programa de investigación de la Agencia.
Los viajes descritos en este libro inspiraron su obra "Palestine: Land of
Promise", (Palestina: Tierra Prometedora), la cual afirma que con el cuidado
apropiado, esa tierra podría nuevamente sostener a una gran población.
Después de retirarse del Servicio de Conservación de Suelos en 1947, Lowdermilk
trabajó en varios proyectos internacionales. Como parte de su continuo trabajo
en Israel, ayudó a establecer una escuela en Haifa para el entrenamiento de
ecologistas. La "Lowdermilk School of Agricultural Engineering", (Escuela de
Ingeniería Agrícola de Lowdermilk), hizo énfasis en las ciencias básicas como
los soportes necesarios para los estudios agrícolas. Walter Clay Lowdermilk
falleció el 6 de Mayo de 1974, y fue enterrado en Altadena, CA.
Nota a los Lectores
El Servicio de Conservación de Recursos Naturales ha publicado este boletín para
satisfacer la continua demanda de profesores, clero, escritores, catedráticos,
historiadores, clubes de jardinería, grupos ecologistas y organizaciones de
servicio público.
Reconocemos que el boletín utiliza lenguaje con tendencia a un género; sin
embargo, para mantener la integridad del informe original hemos reproducido el
texto tal como fue escrito por el Dr. Lowdermilk hace varias décadas.
Contenido
- Por alimentos la libertad fue comprada y vendida 3
- Cementerio de imperios 4
- En la tierra de Egipto 6
- Siguiendo el rastro de los Israelitas 6
- La tierra de leche y miel 8
- A través de Siria 9
- Las cien ciudades muertas 10
- Buscando los bosques del Líbano 10
- El lamento de China 12
- Desperdicio del suelo en el antiguo Chipre 14
- A través de áfrica del Norte 14
- Timgad, capital perdida de una agricultura perdida 15
- Las tierras secas de áfrica del Norte 16
- Algo acerca del uso de suelos en Italia 17
- Control de torrenteras en Los Alpes Franceses 18
- Uso intensivo de la tierra en Francia 18
- Cómo cultivan los holandeses en el suelo del océano 19
- Una mirada a Inglaterra 20
- El nuevo mundo 20
- El registro de nuestra tierra 21
- Señales de peligro en América 23
- El camino a una agricultura duradera 23
- Lecciones del viejo mundo 24
- Un "undécimo mandamiento" 24
La conquista de la Tierra durante 7,000 Años
Por W.C. Lowdermilk, ex-Subjefe del Servicio de Conservación de Suelos
Hace un tiempo oí acerca de un anciano que vivía en su granja en una colina,
allá por el Sur. Estaba sentado en su pórtico cuando una persona nueva del
vecindario pasaba. El recién llegado, para comenzar una conversación le dijo:
"Señor, ¿Qué cuenta la tierra de por aquí?" A lo que el anciano respondió:
"Bueno – no sé si la tierra está diciendo verdades o mentiras; pero son estas
personas del estado las que mienten."
En un sentido muy real, la tierra no miente. Tiene guardado un registro de lo
que la gente escribe en ella. Hablando en un sentido más amplio, una nación
escribe su registro en la tierra, de igual manera lo hace una civilización – un
registro que es fácil de leer por aquellos que entienden el simple lenguaje de
la tierra. Leamos juntos algunos de los registros que han sido escritos en la
tierra en el curso oeste de la civilización, desde las Tierras Santas del
Cercano Oriente hasta la Costa del Pacífico de nuestro país, a través de un
periodo de 7,000 años.
Los registros de la lucha del hombre a través del tiempo para encontrar un uso
duradero para la tierra, se encuentran escritos en los paisajes tal como en "En
dirección oeste, la ruta del imperio cobró su camino". Como un relato de las
ruinas y trabajos destrozados a lo largo de este increíble camino, los fracasos
son más numerosos que los éxitos. De estos fracasos y éxitos podemos obtener
muchas ganancias y beneficios para esta joven nación de los Estados Unidos, que
ocupa un nuevo y abundante continente, y comienza a establecer un hogar para mil
o diez mil años – sí, para un futuro sin límites.
Por Alimentos la Libertad fue Comprada y Vendida
Pearl Harbor conmovió a los americanos como un terremoto,
llevándonos a darnos cuenta que vivimos en un mundo peligroso – peligroso para
nuestra forma de vida y para nuestra supervivencia como personas; arriesgado
para la esperanza de estos tiempos en un gobierno; de la gente, por la gente y
para la gente. ¿Por qué debiera ser el mundo peligroso para un país tan
filantrópico como el nuestro?
El mundo se vuelve peligroso por la desesperación de personas que sufren y temen
a las privaciones. Privaciones que provienen de las restricciones del
intercambio de las cosas buenas y necesarias que provienen de la Madre Tierra.
La industrialización ha labrado cambios trascendentales en la civilización
durante el siglo pasado y de la misma manera seguirá hacia nuestro futuro algo
incierto.
La materia prima para la industria moderna se encuentra localizada por aquí y
por allá en el planeta y no se encuentra disponible de manera equivalente a
grupos locales de personas que han aprendido a hacer y usar maquinaria. Los
deseos y las necesidades de alimentos y de materia prima han estado creciendo de
manera dispareja, causando tensiones y presión en las relaciones internacionales.
Aprovechados por gente ambiciosa y por líderes que quieren controlar las fuentes
de los alimentos y la materia prima por la fuerza. Agresión y guerras largamente
planeadas se llevan a cabo para obtener esta materia prima.
Estos conflictos no se resuelven para bien a través de la guerra. Los problemas
son solamente puestos a un lado por un tiempo para que después vuelvan en
proporciones aun más terroríficas. Las soluciones duraderas vendrán de manera
diferente. Podemos contar con la renuencia de la gente en lanzarse hacia la
guerra, ya que van a la guerra porque temen a algo peor que la guerra, sea esto
real o pura propaganda.
Una relación justa de las civilizaciones para con la tierra no se basa en la
explotación, sino más bien en la conservación – no en la disipación de los
recursos, sino más bien en la restauración de los poderes productivos de la
tierra y en el acceso a alimentos y a materia prima. Si la civilización quiere
eludir una larga decadencia, como la que ha marchitado a áfrica del Norte y al
Cercano Oriente por 13 siglos, la sociedad debe nacer de nuevo de una economía
de explotación a una economía de conservación.
En cuanto a los fundamentos de esta relación entre la gente y la tierra. Mi
experiencia con hambrunas en la China me enseñó que al final de cuentas, todo se
compra con comida. Esta es una frase muy dura, pero la reciente guerra a escala
mundial muestra el terrorífico alcance de esta fatídica y terrible verdad.
Naciones agresivas utilizaron el racionamiento de comida para subyugar a pueblos
rebeldes de naciones conquistadas. Pues aún usted y yo venderíamos nuestra
libertad y más, por alimentos, si fuésemos llevados a esta trágica decisión. No
existe substituto alguno para la comida.
Viendo qué es lo qué daríamos por comida, veamos ahora qué es lo que puede
comprar la comida – puesto que el dinero es simplemente un símbolo, un
instrumento conveniente en el intercambio de bienes y servicios que necesitamos
o deseamos. La comida compra la división del trabajo que procrea nuestra
civilización.
No fue hasta que los cultivadores de la tierra produjeron más alimentos de los
que ellos mismos necesitaban, así fue que sus compañeros fueron enviados a
realizar otras tareas en lugar del trabajo agrícola – eso es, formar parte de
una división del trabajo que con el avance de la civilización se volvió cada vez
más compleja.
Es cierto, tenemos necesidad de vestimenta, refugio y otros bienes y servicios
que son posibles gracias a una división compleja del trabajo, fundada en esta
producción de alimentos, cuando la materia prima apropiada se encuentra a mano.
En esto, la genialidad de la gente americana nos ha dado más que lo que
cualquier otra nación haya poseído. Estos bienes conforman nuestra calidad de
vida americana. Pero he podido ver, a través de los terribles azotes de la
hambruna, que estos otros bienes significan poco para la gente que tiene hambre.
La comida proviene del mundo. La tierra nos da alimento con sus aguas. El mundo
recompensa grandemente al que sabe y al diligente, pero castiga inexorablemente
al ignorante y al flojo. Esta sociedad entre la tierra y el agricultor es el
fundamento-base de nuestra compleja estructura social.
En 1938, con el interés puesto en una agricultura permanente y en la
conservación de nuestros recursos de suelos, el Departamento de Agricultura me
pidió que realice un estudio del uso de la tierra en países antiguos, para
beneficio de nuestros granjeros, ganaderos y otros agricultores de nuestro país.
Este estudio nos llevó a Inglaterra, Holanda, Francia, Italia, áfrica del Norte,
y al Cercano Oriente. Después de 18 meses fue interrumpido por el estallido de
la guerra, cuando Alemania invadió a Polonia en Septiembre de 1939. No pudimos
continuar con el estudio en los países de Turquía, los Estados Balcánicos, y el
sur de Alemania y Suiza, como estaba originalmente planeado. Pero en un año y
medio en las tierras antiguas, descubrimos muchos aspectos de profunda
importancia para le gente de América.
Cementerio de imperios
Comenzaremos nuestra lectura del registro, viendo lo que está
escrito en la tierra del Cercano Oriente. En éste lugar, la civilización surgió
de los misterios de la edad de piedra y dio lugar al nacimiento de culturas que
se movieron en dirección Este hacia la China, en dirección Oeste por Europa, y
al otro lado del Océano Atlántico hacia América.
Se nos recuerda cada día y cada hora acerca de nuestra deuda con la gente de
Sumeria de Mesopotamia cada vez que utilizamos la rueda que ellos inventaron
hace más de 6,000 años. Hacemos homenaje a sus matemáticas cada vez que miramos
nuestro reloj para ver la hora dividida en 60 periodos.
Además, el calendario que usamos es una versión del método que los antiguos
Egipcios usaban para dividir el año. Heredamos la experiencia y el conocimiento
del pasado más de lo que pensamos.
El origen de la agricultura se dio por lo menos hace 7,000 años, y se desarrolló
en dos grandes centros – las fértiles llanuras aluviales de Mesopotamia y el
Valle del Nilo. Dejaremos a los arqueólogos la interesante pregunta de donde
exactamente se originó la agricultura.
Es suficiente para nosotros saber que fue en estas llanuras aluviales y en un
clima árido que los labradores del suelo comenzaron a sembrar cultivos de
alimentos a riego, en cantidades mayores a las que ellos mismos necesitaban.
Esto eximió a sus compañeros llevándolos a una división del trabajo que dio paso
a lo que llamamos civilización. Seguiremos las trayectorias de los pueblos que
se encuentran grabadas en la tierra, mientras las naciones se levantaban y caían
en estas fatídicas regiones.
Una investigación de un área tan grande en el corto periodo de 2 años convocó al
uso de métodos simples pero fundamentales del área de estudio. Con la ayuda de
expertos agrícolas de otros países, buscamos campos que habían sido cultivados
por mil años – la base de una agricultura permanente. De manera similar,
intentamos encontrar las razones por las cuales, tierras que habían sido
antiguamente cultivadas luego habían sido desperdiciadas o destruidas, como
advertencia a nuestros granjeros y a nuestra gente de la ciudad, de una posible
catástrofe similar en esta nueva tierra de América. Un método de estudio de
campo simplificado nos permitió examinar rápidamente áreas extensas.
En las Montañas Zagros, las que separan Persia de Mesopotamia, vivieron pastores
y sus rebaños desde tiempos inmemoriales. De vez en cuando se abalanzaban sobre
la llanura para traer devastación y destrucción a la gente agricultora y
ciudadana de las llanuras. De tal manera comenzó el conflicto entre Caín y Abel,
entre el pastor y el granjero, sobre los cuales tendremos más para comentar.
En Kish, vemos la primera capital después de que la Gran Inundación barriera
Mesopotamia en tiempos prehistóricos y dejara su registro en un grueso depósito
marrón de terreno aluvial. La capa de tierra aluvial marcó una ruptura en la
secuencia de una antigua y exitosa cultura, tal como se descubre por los
artefactos. Sobre los depósitos del terreno aluvial se encuentra el sitio de
Kish (fig. 1).
En las ruinas de la gran Babilonia, mirando las ruinas de la caballeriza de
Nabucodonosor, adornadas por figuras de animales en bajorrelieve, vino a
nosotros un sentimiento de depresión, como el de un funeral, al recordar lo que
este gran gobernador de Babilonia comentaba con profundo orgullo:
Aquello que ningún otro rey había logrado, lo hice yo…un muro como una montaña
que no se puede mover... Construí grandes canales, cavé y los revestí con
ladrillos quemados colocados en betún, que trajeron abundante agua a toda la
gente… Empedré las calles de Babilonia con piedras de las montañas…Construí
palacios y templos magníficos… Corté enormes cedros del Monte Líbano… los
revestí con oro radiante y los adorné con joyas.
Luego vinieron a mi mente las advertencias de los Profetas hebreos que fueron
enviadas en contra de la malvada ciudad. Ellos advirtieron diciendo que
Babilonia se convertiría en "Un lugar desolado, una tierra seca, un desierto;
una tierra en la que ningún hombre habitaría… Y lobos aullarían en sus castillos,
y chacales en los lugares agradables." Aunque usted no lo crea, el único ser
viviente que vimos en esta desolación que una vez fue Babilonia, fue un lobo
gris sacudiendo su cabeza como si tuviera una garrapata en su oreja, mientras
corría hacia su madriguera en las ruinas de una de las siete maravillas del
mundo antiguo – los Jardines Colgantes de Babilonia, en los cuales se utilizaba
aire acondicionado hace 2,600 años.
Mesopotamia, el sitio tradicional del Jardín del Edén del cual nacen las
historias de la inundación de Noé y el Arca; de la "Torre de Babel" y la
confusión de lenguas; del horno abrasador que encontramos aún ardiendo hoy en
día; se encuentra escrita, llena de registros de un pasado glorioso de densas
poblaciones y de grandes ciudades que ahora son tan solo ruinas y desolación. Al
menos 11 imperios se han levantado y caído en esta trágica tierra durante el
período de 7,000 años. Es la historia de una agricultura precaria, practicada
por personas que crecían y vivían bajo las amenazas de ataques e invasiones de
los que moraban en las praderas y en el desierto, y de la falla de sus canales
de irrigación por causa del sedimento.
La agricultura fue practicada en un clima muy seco y a través de canales de
irrigación con agua con barro proveniente de los ríos Tigris y éufrates. Esta
agua con barro fue la ruina de imperio tras imperio. Cuando las aguas con barro
fluían a una menor velocidad, obstruían los canales con sedimento. Era necesario
remover el sedimento año tras año para proveer agua vivificante a las tierras de
cultivo y a las ciudades de la llanura.
Con el crecimiento de la población, los canales se cavaban cada vez más lejos de
los ríos; y este gran sistema de canales requería una gran fuerza de mano de
obra para mantenerlos limpios del sedimento. Los gobernadores de Babilonia
trajeron prisioneros de guerra para realizar esta tarea. Ahora entendemos porqué
los Israelitas cautivos se "sentaron junto a las aguas de Babilonia y lloraron."
Sin duda alguna, también se les pedía que saquen el sedimento de los canales de
Mesopotamia.
Cada cierto tiempo, cuando este gran trabajo público de limpieza era
interrumpido por revoluciones internas y por invasores extranjeros, la gente de
Mesopotamia se enfrentaba cara a cara con el desastre de tener canales
obstruidos con sedimento. El estancamiento de los canales despoblaba pueblos y
ciudades de manera más eficiente que la matanza de un ejército invasor.
Si nos basamos en un estimado de que en tiempos pasados era posible regar 21,000
de las 35,000 millas cuadradas del terreno aluvial de Mesopotamia, la población
de Mesopotamia en su cenit probablemente se encontraba entre los 17 y 25
millones de habitantes. La población actual estimada de Irak se encuentra cerca
de los 4 millones, incluyendo a la gente nómada. Y de este total, menos de 3 1/2
viven en la llanura aluvial.
La disminución de la población en Mesopotamia no se debe a la pérdida de tierra
por la erosión. Las tierras fértiles aún se encuentran ahí, y aguas vivificantes
aún fluyen en los ríos Tigris y éufrates; aguas listas para ser esparcidas a
través de las tierras como en tiempos pasados. Mesopotamia es capaz de sostener
una población tan grande como la que una vez sostuvo y aún mayor cuando la
ingeniería moderna use hormigón armado para los trabajos de riego y el uso de
maquinaria mecanizada para mantener los canales abiertos.
En Mesopotamia podría ser cultivada un área más grande que nunca antes en la
larga historia de esta trágica tierra, pero la erosión en las tierras interiores
agravó el problema del cieno en las aguas del Tigris y el Eufrates, hasta que
fueron llevadas dentro el sistema antiguo de canales. Invasiones nómadas
provenientes de las tierras de pastoreo y el desierto trajeron el quiebre de la
irrigación, lo cual significó desastre tras desastre.
En la tierra de Egipto
Veamos ahora el otro gran centro de crecimiento de población y
desarrollo de la civilización en el Valle del Nilo. En este lugar, la misteriosa
esfinge evalúa los problemas de varias eras, mientras mira silenciosa el angosto
valle verde del Nilo, ubicado a lo largo de un desierto tostado por el sol.
En Egipto, tal como en Mesopotamia, los cultivadores de la tierra aprendieron
rápidamente a sembrar plantas de trigo y cebada y a cultivar comida excedente
que eximió a sus compañeros para una división del trabajo, levantando una
extraordinaria civilización que surgió en el Valle del Nilo. Nuestra deuda con
los Antiguos Egipcios es enorme.
La agricultura también se desarrolló aquí en aguas con barro, pero los problemas
de cultivo eran muy diferentes a los problemas de Mesopotamia. Inundaciones
anuales de aguas cargadas con sedimento esparcían delgadas capas de sedimento
sobre la tierra, haciendo que el nivel del suelo sea cada vez más elevado. En
estas tierras planas en las que lentamente se iba acumulando nueva tierra, los
granjeros nunca tuvieron problemas de erosión.
Sin duda alguna, han existido problemas de acumulación de sal y del incremento
de los niveles del agua de subsuelo, para lo cual el drenaje es la solución.
Esto es en general verdad, ya que el riego continuo durante todo el año se ha
vuelto posible gracias a la represa de Assuan, pero la base de la tierra se ha
mantenido adecuada para el cultivo por más de 6,000 años.
Quizás fue en el Valle del Nilo, cerca a 6,000 años atrás, que un genial
agricultor amarró una azada a un buey e inventó el arado, originando así el
cultivo con herramienta de fuerza, alterando la estructura social de esos
tiempos tanto como el tractor alteró la estructura social de nuestro país en los
años recientes. Por estos hechos, los agricultores se volvieron más eficientes
en el cultivo de alimentos; un agricultor desplazaba a varios de sus compañeros
de la vital tarea de cultivar alimentos a otras áreas de trabajo. Muy
posiblemente los Faraones tenían dificultad en mantener a la población excedente
ocupada, por lo que sospechamos que las pirámides fueron los primeros proyectos
con uso de mano de obra desplazada.
Siguiendo el rastro de los Israelitas
Seguiremos la ruta de Moisés; de las fértiles e irrigadas
tierras de Egipto a una tierra montañosa en la que los bosques y campos eran
regados con la lluvia del cielo. Los campos despejados en las laderas de las
montañas presentaron un nuevo problema en la agricultura – el problema de la
erosión del suelo, el cual, como veremos, se convirtió en el peligro más grande
para la agricultura permanente y en un insidioso enemigo de la civilización.
Cruzamos el moderno Canal de Suez, con su diferente tono azul, hasta el Sinaí,
donde los Israelitas y sus manadas deambularon por 40 años. Ellos o algunas
otras personas seguramente tuvieron que sobre-pastorear la Península del Sinaí,
ya que ahora es un cuadro de desolación. Vimos en este paisaje, cómo el manto
original del suelo marrón había sido erosionado en enormes zanjas que se veían
como líneas amarillentas cortadas en el cobertor marrón del suelo. No esperaba
encontrar evidencia de una erosión tan acelerada en la árida tierra del Sinaí.
En el camino hacia Aqaba pasamos por un paisaje extraordinario, una meseta que
había sido erosionada a través de los tiempos hasta casi convertirse en una
llanura. Esto se llama una cima recortada en el lenguaje fisiográfico.
Estas llanuras recortadas datan de los tiempos del Mioceno, en la escala
geológica. Ahora, en la llanura no existe evidencia de cortes acelerados por
corrientes de torrenteras, tampoco existe evidencia de que el clima se haya
vuelto más seco o más húmedo que en las épocas del Mioceno. Aquí existe un
registro acumulado que va mas atrás de la edad de hielo, proclamando que esta
región ha sido extraordinariamente estable en su clima.
De esta meseta descendimos 2,500 pies hasta la Araba o el Cañón del gran valle
de ruptura, el cual incluye el Golfo de Aqaba, la Araba, el Mar Muerto y el
Valle del Jordán. Al comienzo del Golfo de Aqaba del Mar Rojo encontramos al Dr.
Nelson Glueck excavando Ezión-geber, al cual él llama el antiguo Pittsburg del
Mar Rojo ó el Puerto de Mar de Salomón. En este lugar el cobre era fundido hace
2,800 años para proveer de herramientas a Salomón y su gente. El ladrillo de
barro utilizado para construir estas antiguas casas se veía tal como nuestro
ladrillo de adobe de Nuevo México y Arizona.
Mientras salíamos del valle de ruptura, por la pared del este, hacia la meseta
de Transjordán, la cual baja hacia el Desierto Arábico; nos aproximamos a Amman
por el mismo tipo de meseta que atravesamos al oeste de Araba. Topográficamente
estas dos llanuras son parte de la misma meseta que antes se extendía intacta a
través de esta región, pero hacia el final del tiempo Plioceno – eso es justo
antes del comienzo de la era del hielo – una serie de fallas paralelas se
desencadenaron en el gran valle para dar forma a uno de los más espectaculares
ejemplos de movimiento de la corteza terrestre que los geólogos conocen.
Desde Ma'an avanzamos pasando por una antigua represa romana copada por cieno,
que luego fue lavado para quedar como una pared sin sentido. En Elji montamos
caballos para visitar las fantásticas ruinas de la Antigua Petra, (llamada Sela
en el Antiguo Testamento). Esta muy-discutida ciudad era la capital de la
civilización Nabatea y floreció en la misma época de la Edad de Oro de China –
200 a.C. a 200 d.C. Ruinas de una gran ciudad, (del color de una rosa roja), se
encuentran escondidas en un cañón del desierto al margen del desierto árabe.
Petra es ahora la ruina desolada de un gran centro de poder y cultura. Ha sido
utilizada por algunos estudiosos como evidencia de que el clima se ha vuelto más
seco en los últimos 2,000 años; haciendo de esta manera que sea imposible que
esta tierra soporte una población tan grande como la que sostuvo en el pasado.
En contradicción a esta conclusión, encontramos laderas del valle circuncidante
cubiertas con paredes de terrazas que habían caído en la ruina, y que habían
permitido que las laderas hayan sido lavadas hasta roca firme en amplias áreas.
Estas evidencias demuestran que alimentos habían sido producidos en esta parte y
que la erosión del suelo había dañado la tierra inutilizándola para el uso de
cultivos.
Las invasiones de nómadas del desierto probablemente resultaron en la ruptura de
las medidas de conservación del suelo y del agua. La erosión también había
lavado el suelo de las laderas arruinando la capacidad de que esta tierra pueda
sostener una población. Antes de atribuir la decadencia de la región al cambio
del clima, debemos conocer cuánto contribuyó el impacto de la agricultura
intensiva a la desaparición de la civilización Nabatea.
Los grandes edificios utilizados para servicios públicos son asombrosos: los
templos, edificios administrativos y sepulcros se encuentran tallados en los
riscos de piedra arenisca de Nubia. Una fascinante historia se encuentra
escondida en las ruinas aun no excavadas de esta antigua capital. Influencias de
las civilizaciones Griega y Romana fueron encontradas en un gran teatro que
tenía capacidad para sentar a 2,500 personas. Este gran teatro se encontraba
completamente tallado en una enorme piedra arenisca, la cual ahora solo sirve de
eco de los gritos de las águilas o la charla de los turistas.
Procediendo en dirección al norte en la tierra bíblica de Moab, llegamos a la
tierra del Monte Nebo y nos acordamos de cómo Moisés, después de haber guiado a
los Israelitas 40 años deambulando por el desierto, se paró en esta montaña y
miró a través del Valle del Jordán hacia la Tierra Prometida y la describió a
sus seguidores en palabras como estas:
"Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de
aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de
trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de
miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en
ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre".
La tierra de leche y miel
Cruzamos el Valle del Jordán como lo hizo Josué y encontramos el
Río Jordán, un riachuelo turbio decepcionante. Nos detuvimos en las ruinas de
Jericó y desenterramos granos de cereales carbonizados que según los arqueólogos
pertenecían indudablemente a una antigua familia de esta desafortunada ciudad.
Miramos cómo se encontraba hoy la Tierra Prometida, 3,000 años después de que
Moisés la describiera a los Israelitas como una "tierra donde fluye leche y miel".
Encontramos que los suelos de tierra roja lavaron las faldas de las colinas
hasta la roca firme, hasta más de la mitad de la tierra alta. Estos suelos se
alojaron en los valles aún bajo cultivo y aún afectados por la erosión en la
forma de grandes barrancos que cortan a través del aluvión con cada lluvia
fuerte. Evidencia de rocas lavadas de las faldas de las colinas fue encontrada
junto a montones de tierra, las habían acumulado para hacer que la civilización
sea más fácil a su alrededor. Desde el aire pudimos leer con increíble vivencia
la historia gráfica, tal cual se escribió en la tierra. Los suelos han sido
lavados de la base de roca en la vecindad de Hebrón, y solamente saldos de la
tierra quedaron atrás, en pisos de valles angostos aún trabajados con pequeños
cultivos.
En las desnudadas tierras altas de Judea, existen ruinas de sitios de pueblos
abandonados. El Capitán P.L.O. Guy, director del Instituto Británico de
Arqueología, ha estudiado estos sitios en detalle, encontrados en el drenaje de
Wadi Musrara, que estuviera ocupada 1,500 años atrás. Desde esa época, estos han
sido despoblados y abandonados, en mayor numero en las partes más altas.
El Capitán Guy dividió el drenaje de Musrara en 3 zonas de diferentes altitudes:
La llanura, entre 0 y 325 pies de altura; las estribaciones, 325 a 975 pies de
altura; y las montañas, 975 pies y más de altura. En la llanura, 34 sitios
fueron ocupados y 4 fueron abandonados; en las estribaciones, 31 fueron ocupados
y 65 fueron abandonados; y en las montañas, 37 fueron ocupados y 124 fueron
abandonados. En otras palabras, los pueblos han sido abandonados en las 3 zonas
en porcentajes por encima del orden de 11, 67, y 77, lo cual coincide con la
eliminación de la tierra.
Es algo asombroso que los pueblos hayan sido abandonados en un paisaje como este
de la zona superior, cerca de Jerusalén. La tierra, la fuente de suministro de
alimentos, ha sido destrozada por la erosión. Solo remanentes de la tierra en
los canales de drenaje son sostenidos por paredes de piedra.
En los lugares en que la tierra se sostiene por terrazas con paredes de piedra
que han sido mantenidas hasta ahora, las tierras todavía son cultivadas después
de varios miles de años. Y aún siguen produciendo, pero no en gran medida, sin
duda alguna por el mal manejo de la tierra (fig. 3).
Lo más importante es que las tierras aún se encuentran en su lugar, y con un
mejor tratamiento del suelo cultivarán cosechas más grandes. Las colinas
deslumbrantes de Judea, no lejos de Jerusalén, son ocupadas con solamente unas
cuantas de sus antiguas aldeas. Las terrazas en estas colinas han sido
mantenidas en reparación por más de 2,000 años.
¿Cuál es la causa de la decadencia de este país donde una vez fluía la leche y
la miel? Cuando meditamos sobre la trágica historia de las Tierras Santas
recordamos la lucha entre Caín y Abel. Esta lucha se ha vuelto real a través del
tiempo, mediante el conflicto que persiste, aún hasta hoy, entre el habitante de
carpa y el habitante de casa, entre el pastor y el granjero.
El desierto parece haber producido más gente que la que podía alimentar. De
tiempo en tiempo, la gente del desierto se abalanzaba barriendo los fértiles
valles aluviales donde, por irrigación, los cultivadores de la tierra cultivaban
abundante comida para sostener a numerosas aldeas y prósperas ciudades.
Barrían como un lobo hambriento, atacando las reservas de alimentos de los
agricultores. Los invasores saqueaban y robaban para luego continuar su camino.
Muchas veces dejaban destrucción y matanza por su paso, o reemplazaban antiguas
poblaciones para ellos mismos convertirse en granjeros, simplemente para ser
barridos mas tarde por otra ola de hambrientos habitantes del desierto.
Los conflictos entre las culturas de pastoreo y de cultivos de las Tierras
Santas han sido los principales responsables de la trágica historia de esta
región. Y no podemos esperar que exista paz en esta antigua tierra mientras
estas dos culturas no se ayuden en cooperación.
Vimos las carpas de los descendientes nómadas de Arabia. Estos en el séptimo
siglo se abalanzaron desde el desierto para conquistar e invadir los cultivos de
los palestinos. Nuevamente en el siglo 12, los nómadas expulsaron a los
defensores. Fueron ellos con sus rebaños de cabras de orejas-largas quienes
hicieron caer las paredes de las terrazas en ruina y desataron las fuerzas de la
erosión. Durante casi 13 siglos, la erosión ha estado lavando las tierras de las
laderas hacia el mar o hacia los valles, creando pantanos.
En tiempos recientes ha estado vigente un gran movimiento emprendido por los
pobladores judíos para redimir la Tierra Prometida. Han hecho maravillas en el
desagüe de los pantanos, librándolos de la malaria y cultivándolos en forma de
huertos y campos prósperos. Estos pobladores también han reparado las terrazas,
reforestado las laderas rocosas y desoladas, y mejoraron la ganadería y la
granja avícola.
A través de nuestra investigación del trabajo de las colonias agrícolas, me
pidieron que les aconsejase sobre medidas de conservación de la tierra y del
agua. Les sugerí que plantasen una huerta y que la tierra sea formada en
terrazas de banca formadas por surcos de contorno. Nos mostraron una huerta de
frutales que habían sido plantados en el contorno, la tierra estaba arreglada en
terrazas de banca y los lados de las colinas, por encima de la huerta, tenían
zanjas en el contorno y estaban plantadas con árboles resistentes.
Gracias a estas medidas, toda la lluvia que había caído la anterior temporada,
una de las temporadas más fuertes en muchos años, había sido absorbida por la
tierra. Después de que este trabajo fuera realizado, no hubo escurrimiento de
agua superficial que derivara en zanjas y barrancos o que dañara las huertas de
más abajo. Nos dijeron que la persona responsable de esto había aprendido estas
medidas en Transcaucasia en el "Institute of Water Economy" (Instituto de
Economía del Agua) en Tiflis, Georgia.
A Través de Siria
Cruzamos nuevamente el Jordán hacia una región famosa por sus
robles, campos de trigo y manadas bien alimentadas en los tiempos bíblicos.
Encontramos las ruinas de Jerash, una de las 10 ciudades de la Decápolis, y
Jerash segunda. Los arqueólogos nos dicen que Jerash fue una vez el centro de
unas 250,000 personas. Pero hoy en día solo un pueblo de 3,000 marca este gran
centro de cultura. El país está escasamente poblado con seminómadas. Las ruinas
de esta que fuere una poderosa ciudad de cultura Griega y Romana, se encuentran
enterradas a una profundidad de 13 pies bajo los escombros que han sido lavados
de las laderas erosionadas.
Buscamos las fuentes de agua que alimentaron a Jerash y encontramos una serie de
manantiales protegidos por mampostería construida en los tiempos Greco-Romanos.
Examinamos cuidadosamente estos manantiales con los arqueólogos, para ver si el
nivel del agua había cambiado con respecto a las estructuras originales y si las
aperturas de donde los manantiales vertían sus aguas eran las mismas que en
tiempos antiguos. No encontramos ningún indicio de que el nivel del agua hubiera
sido más bajo cuando construyeron las estructuras o que las aperturas hubieran
sido diferentes. Pareciera que el abastecimiento de agua no habría fallado.
Cuando examinamos las laderas que rodean a Jerash, encontramos el suelo lavado
hasta la roca firme pese a las terrazas construidas con paredes-de-piedra. La
tierra que había sido lavada de las laderas se había estancado en los valles.
Estos valles eran cultivados por seminómadas que vivían en carpas de pieles de
cabras negras. En tiempos Romanos esta área proveía grano a Roma y sostenía
comunidades prósperas y villas ricas, de las cuales encontramos ruinas en las
cercanías.
En las llanuras aluviales a lo largo del río Orontes, la agricultura sostenía a
varias ciudades de mucha menor población que las de tiempos antiguos. Las norias
introducidas desde Persia durante o seguidamente a las conquistas de Alejandro
Magno (300 a.C.) fueron numerosas a lo largo del Orontes. Nos dijeron que había
cientos de ellas en tiempos romanos, pero hoy solo quedan 44. Son pintorescas
estructuras antiguas, tanto en apariencia como en el gemido de la rueda
giratoria mientras lentamente levantan agua del río hacia el acueducto, para
proveer agua a la ciudad de Hamah. Estas ruedas tienen más de 2,000 años de
antigüedad. Pero ninguna parte de las ruedas es tan antigua, ya que han sido
cambiadas poco a poco y muchas veces a través de los siglos.
Las cien ciudades muertas
Subiendo más al norte de Siria, encontramos una región en la que
la erosión había hecho gran daño en un área de más de un millón de acres de
suaves colinas de piedra caliza, entre Hamah, Aleppo y Antioquia. El Padre
Mattern y otros arqueólogos franceses encontraron mas de 100 ciudades muertas en
este desierto creado por el hombre.
Butler de Princeton redescubrió esta región hace una generación. Estas ciudades
no eran ciudades como las que conocemos, sino pueblos y pueblos-mercados. Las
ruinas de estos pueblos no fueron enterradas, fueron dejadas como huesos
desnudos sobre la hermosa piedra caliza, levantadas sobre la árida roca (fig.
4). La erosión había hecho lo peor en este lugar. Si la tierra se hubiese
mantenido, aunque las ciudades hubieran sido destruidas y las poblaciones
dispersadas, el área podía haber sido repoblada y las ciudades reconstruidas.
Pero ahora que la capacidad de la tierra se ha agotado, todo se ha agotado.
Nos dijeron que entre el 610-612 d.C. un ejército Persa invadió esta próspera
región. Luego, antes de la siguiente generación, entre el 633-639 los nómadas
del desierto de Arabia completaron la destrucción de los pueblos y la dispersión
de la población. De este modo, todas las medidas de conservación de la tierra y
del agua que habían sido construidas a través de los siglos cayeron en desuso y
ruina. Luego, la erosión fue desatada para realizar su mortífero trabajo,
haciendo de esta área un desierto creado por el hombre.
Buscando los bosques del Líbano
Nos dijeron los arqueólogos que cerca de 4,500 años atrás, una
tribu Semítica se abalanzó desde el desierto y ocupó la costa Este del
Mediterráneo, estableciendo las ciudades de puerto, Tiro y Sidón. En el sitio de
otra ciudad portuaria ancestral está Beirut, la cual hoy en día es la capital
del Líbano. Puede verse desde un punto alto de las montañas del Líbano, ubicada
sobre el Mar Mediterráneo.
Estos tempranos semitas eran fenicios. Encontraron su tierra en un sector
montañoso con una llanura costera muy angosta y muy poco terreno plano sobre el
cual practicar su agricultura tradicional con riego, tal como habían
desarrollado en Mesopotamia y Egipto. Podemos deducir que mientras la gente
Fenicia crecía en población se confrontaban con tres opciones: (1) migración y
colonización, que sabemos que se hacían; (2) fabricación y comercio, que sabemos
que se hacían; y (3) agricultura en las laderas, sobre lo cual hemos escuchado
poco hasta ahora.
En este lugar se encontraba una tierra cubierta de bosques y regada por lluvias
del cielo; una tierra con problemas completamente nuevos para los cultivadores
de la tierra, quienes estaban acostumbrados a los valles llanos aluviales de
Mesopotamia y del Nilo. Mientras los bosques eran cortados, ya sea para uso
domestico o para uso comercial, las laderas eran cultivadas. Después, el suelo
de las laderas se erosionaba con las fuertes lluvias de invierno, tal como lo
harían hoy en día. Así, con una agricultura de lluvia, se encontraron con una
severa erosión del suelo y con el problema de establecer una agricultura
permanente en las laderas.
Mientras leíamos el registro escrito en la tierra de esta fascinante región,
encontramos tragedia tras tragedia grabada profundamente en las tierras en
pendiente. Para combatir la erosión, se construyeron paredes a lo largo de las
laderas. Las ruinas de estas paredes pueden ser vistas dispersas en varios
lugares hoy en día. Estas medidas fracasaron y la erosión causó que las tierras
se deslicen por la pendiente. Mientras la tierra con buena estructura era lavada
de las laderas dejando rocas sueltas en la superficie, los cultivadores de la
tierra amontonaron las rocas para facilitar sus cultivos. En estos casos la
batalla contra la erosión fue definitivamente una batalla perdida.
En otra parte encontramos que la batalla contra la erosión había sido ganada
mediante la construcción y el mantenimiento de series extraordinarias de
terrazas de paredes de piedra que se extendían desde las bases hasta las cimas
de las colinas, como fantásticas escaleras (fig. 5). En Beit Eddine, en las
montañas del Líbano, al este de Beirut, encontramos las laderas con terrazas aún
hasta gradientes de 76 por ciento.
Las montañas de la antigua Fenicia fueron una vez cubiertas por famosos bosques,
los cedros del Líbano. Una inscripción en el templo de Karnak, traducida por
Breasted, anuncia la llegada a Egipto de 40 barcos cargados con madera
proveniente del Líbano, antes del 2900 a.C.
Usted recordará que fue el Rey Salomón, hace casi 3,000 años, quién hizo un
acuerdo con Hiram, Rey de Tiro, para proporcionarle cipreses y cedros de estos
bosques para la construcción del templo de Jerusalén. Salomón proporcionó 80,000
leñadores para trabajar en el bosque y 70,000 para deslizar los troncos hasta el
mar. Debe haber sido un enorme bosque para haber requerido tal fuerza. ¿Qué ha
pasado con este famoso bosque que una vez cubrió cerca de 2,000 millas cuadradas?
Hoy en día solo quedan cuatro pequeñas arboledas de este famoso bosque de cedros
del Líbano, el más importante es el bosque de Trípoli, en el tazón de un valle.
Una inspección a la arboleda reveló aproximadamente 400 árboles, de los cuales
43 son veteranos o árboles-lobo. Mientras leemos la historia escrita en los
anillos de los árboles, parecería que hace 300 años la arboleda había casi
desaparecido con solo 43 veteranos esparcidos sobrevivientes.
Estos árboles con ramas ampliamente extendidas habían crecido en una hilera
abierta. En aquel tiempo, fue construida una pequeña iglesia en medio de ellos,
que hacía que la arboleda sea sagrada. Una pared de piedra fue construida
alrededor de la arboleda para mantener fuera a las cabras que pastaban por las
montañas. Las semillas de los árboles veteranos cayeron al suelo, germinaron, y
se convirtieron en una buena hilera de árboles altos y rectos creciendo muy
cercanos uno al otro, que muestran cómo los cedros del Líbano hacen buena madera
de construcción cuando crecen en condiciones de bosque, (fig. 6).
Tal reabastecimiento natural también muestra que este famoso bosque no ha
desaparecido por cambios adversos del clima, y que se extendería hasta hoy bajo
el clima presente si estuviese bien-resguardado de las rapaces cabras que comen
cualquier planta accesible en estas montañas.
El Lamento de China
Antes de continuar con Chipre y áfrica del Norte, demos una
mirada a China. La civilización en este lugar surgió un poco más tarde que la
del Medio Oriente, y fue influenciada por ésta. La agricultura mixta, la
irrigación, el arado a propulsión de bueyes y el terraceo de las laderas son
notoriamente similares en las dos regiones, (fig. 7).
Fue en China, cuando fui incluido en un proyecto internacional para la
prevención de la hambruna de 1922-27, la primera vez en que el pleno y fatídico
significado de la erosión del suelo fuera asentado en mi conciencia.
Durante una exploración agrícola en las regiones del Norte de China, seriamente
afectadas por la hambruna de 1920-21, examiné el sitio en que, en 1852, el Río
Amarillo se desbordó de sus enormes sistemas de diques internos y externos.
Mientras viajábamos por las lisas llanuras de Honan, vimos una gran colina de
punta-plana surgir enfrente de nosotros. Continuamos nuestro camino sobre la
llanura elevada por 7 millas hasta otro gran dique que se extendía a través del
paisaje, de horizonte a horizonte. Montamos este dique y ahí, enfrente de
nosotros, se extendía el Río Amarillo, el Hwang Ho, una gran extensión de agua
color marrón, fluyendo silenciosamente esa mañana de primavera hacia una neblina
de color ámbar oscuro en el este.
En este lugar, en un canal elevado completamente entre 40 y 50 pies de altura
sobre la llanura del gran delta, se extiende el río conocido por mil años como
"El Lamento de China." Este gigantesco río había sido elevado sobre todo el
recorrido de 400 millas a través de su delta, y había sido mantenido en este
canal por el trabajo de la mano del hombre – sin máquinas ni motores, sin cables
de acero o madera de construcción y sin piedras.
Aquí, en miles de años, millones de agricultores chinos habían construido con
sus propias manos y canastas un estupendo monumento de cooperación humana y de
deseo de sobrevivir. Desde los días de Ta-Yu, cerca de 4,000 años atrás, las
batallas contra las inundaciones de este tremendo río, se han ganado y perdido,
una y otra vez.
¿Pero, porqué debe ser interminable esta batalla con el río? Cualquier
relajamiento de la vigilancia dejaría que el río se desbordara de sus diques,
llamando a trabajo hercúleo y cooperativo para colocar al río nuevamente en su
canal. De pronto me di cuenta de que el río era color marrón y que venía con
sedimento, cargado en gran medida con barro que había sido lavado de las tierras
altas del extenso sistema de drenaje del Río Amarillo.
Cuando las aguas del río llegaban a la suave parte inclinada del delta, (1 pie
por milla), la corriente bajaba su velocidad y la carga de sedimento comenzaba a
estancarse. Los depósitos de sedimento redujeron la capacidad de que fluya
abundante agua por el canal, creando amenazas de fuertes inundaciones para los
agricultores, que los hicieron construir los diques cada vez más altos, año tras
año.
No existía fin a esta demanda del río si es que se lo restringía manteniéndolo
dentro de sus diques. El control final sobre el río que venía tan cargado con
sedimento era imposible, sin embargo, millones de agricultores seguían
esforzándose en ello.
En 1852, las aguas marrón-amarillentas del Hwang Ho se desbordaron de su canal
elevado en busca de otro camino hacia el mar. El río se vació en el Mar
Amarillo, usurpando la antigua salida del río Shai.
En esta ocasión, el río se desbordó sobre los diques, cerca de Kaifeng, Honan.
Se desvió hacia el noreste sobre tierras de cultivos, destruyendo pueblos y
ahogando a millones de personas, y se vertió en el Golfo de Chihli, 400 millas
al norte de su antigua salida. En su furia, se rehusó a ser levantado más alto
que su llanura. Cientos de miles de granjeros fueron derrotados. El sedimento
los había vencido sin importar cuan valientes habían sido.
¡Sedimento-sedimento-sedimento! Decidimos descubrir de dónde venía este
sedimento, aún hasta las aguas de cabecera.
En una serie de exploraciones agrícolas cuidadosamente planificadas, descubrimos
la fuente del sedimento que trajo ruina a millones de granjeros en la llanura.
En la provincia de Shansi encontramos cómo la línea de cultivo había sido
empujada hacia las laderas despejando a los bosques. De esta manera, la tierra
que antiguamente había sido protegida por una capa forestal, fue expuesta a las
lluvias del verano, y la erosión comenzó un largo proceso de destrucción de la
tierra y de relleno de los riachuelos con el desperdicio de la tierra y detritos.
Sin una base de comparación, pudimos fácilmente haber leído mal el registro
escrito en esta tierra. Pero los bosques de los templos, preservados y
protegidos por los sacerdotes Budistas, nos dieron a mí y a mis asociados
chinos, una oportunidad extraordinaria para medir y comparar proporciones de
erosión con estos bosques y con laderas y suelos similares que habían sido
despejados y cultivados.
En resumen, mis asociados1 científicos chinos y yo, llevamos a cabo una serie de
experimentos relacionados con la erosión del suelo durante temporadas de lluvia
por 3 años. En estos experimentos medimos la taza de escurrimiento y la erosión
de terrenos debido al escurrimiento de superficie, en bosques de los templos, en
campos de cultivo que se encontraban actualmente cultivados, y en campos
abandonados debido a la erosión. Por primera vez en estudios de la erosión del
suelo, conseguimos datos experimentales de las comparaciones. Aquí también
encontramos cómo el Río Amarillo se había convertido en El Lamento de China, ya
que encontramos que el escurrimiento y la erosión de la tierra cultivada fueron
muchas veces más grandes que las de los bosques de los templos.
Estaba claro que si los granjeros de la llanura del delta alguna vez iban ha ser
resguardados de los numerosos peligros del cargado Río Amarillo, la fuente de
sedimento debía ser detenida mediante el control de la erosión.
Avanzando más hacia el oeste y en medio de los famosos y vastos depósitos de
Loessia, en China del Norte, encontramos en la provincia de Shansi, un sistema
de riego establecido el 246 a.C. que había sido puesto en desuso debido al
sedimento. Aquí, una vez más, el sedimento era el villano.
Buscamos el origen del sedimento que dio fin a un proyecto de irrigación que
alimentó a los hijos de Han durante la Edad de Oro de China. Este origen fue
encontrado en áreas en que la erosión del suelo se había devorado el suelo,
haciendo barrancos de 600 pies de profundidad, (fig. 8). Fue mientras
contemplaba tales escenas que decidí desafiar las conclusiones del gran geólogo
Alemán Baron Von Richthofen y de Ellsworth Huntington que indicaban que la
decadencia de la China del Norte se debía a la sequía y pulsaciones del clima.
Los bosques de los templos dieron la clave. Demostraron sin duda alguna que el
actual clima podría soportar un generoso crecimiento de vegetación, capaz de
prever erosión a tal escala. La toma de posesión de la tierra por parte de los
humanos había puesto en movimiento procesos de desgaste del suelo que era
autosuficiente para explicar la decadencia de esta parte de China, sin cambios
adversos en el clima.
Fue en la presencia de tales escenas trágicas en una escala gigantesca que
decidí investigar la naturaleza de la erosión de suelos y dedicar mi vida al
estudio de conservación para conservar las tierras de las cuales la humanidad
depende.
Desperdicio del suelo en el Antiguo Chipre
Volvamos ahora y sigamos el curso oeste de la civilización,
desde las Tierras Santas, a través de áfrica del Norte, hasta Europa. En Chipre
encontramos los problemas del uso de la tierra del Mediterráneo, resumidos en
una pequeña área, hablando comparativamente.
En la llanura de Mesaoria existe un contundente registro dentro y referente a
una iglesia Bizantina. La iglesia, en las afueras de la aldea de Asha, en la
parte este de Chipre, se encuentra rodeada por un cementerio y por su muro.
Según nuestras mediciones, la llanura aluvial ahora se encuentra a 8 pies por
encima del nivel del cementerio. Al entrar a la iglesia bajamos 3 pies desde el
nivel del patio hasta el suelo de la iglesia. Cuando estábamos adentro nos dimos
cuenta que los arcos de punta baja fueron bloqueados y se habían cortado nuevos
arcos para puertas y ventanas.
El anciano sacristán nos dijo que cerca a 30 años atrás, una inundación de la
llanura había llenado la iglesia con agua, dejando 2 pies de sedimento sobre el
suelo de la iglesia. En vez de limpiarlo, se había colocado un nuevo piso de
piedra sobre el depósito de sedimento. De esta manera, 8 + 3 + 2 equivalen a 13
pies de diferencia entre la altura de la llanura aluvial actual y el piso
original de la iglesia. Con estas mediciones, concluimos que la llanura se había
llenado por lo menos 13 pies con escombros erosionales que habían sido lavados
de las laderas de los desagües.
A través de áfrica del Norte
A lo largo de la costa norte de áfrica, hacia Túnez y Algeria,
leímos los registros en el granero de Roma durante el Imperio. Para hacerlo,
estudiamos un corte-muestra desde el Mediterráneo hasta el Sahara, desde 40
pulgadas de lluvia hasta 4 pulgadas; de Cartago en la costa de Biskra hasta el
borde del misterioso Sahara.
En Túnez encontramos que en el desierto de áfrica del Norte llueve en invierno
tal como lo hacía en el tiempo del Cesar – en el año 44 a.C. El Cesar se quejó
de cómo un gran aguacero con viento había hecho que se inunde y que se vuelen
las carpas del campamento de su ejército. Llovió lo suficientemente fuerte como
para que se produzcan inundaciones relámpago en los lugares bajos. En un lugar,
agua con barro cruzó la carretera en tal volumen, que decidimos esperar que pase
el constante fluir para continuar nuestro camino.
Nos detuvimos en el lugar de la antigua Cartago, la principal ciudad de áfrica
del Norte en tiempos Fenicios y Romanos – ciudad que produjo Aníbal y se
convirtió en un peligroso rival de Roma. En el año 146 a.C., al final de la
Tercera Guerra Punicia, Scipio destruyó Cartago; pero salvó de la condenada
ciudad 28 volúmenes de trabajo en agricultura escritos por un cartaginés de
nombre Mago.
Mago era reconocido por los Griegos y por los Romanos como la principal
autoridad en agricultura en el área del Mediterráneo. Estos trabajos de temas
agrícolas de Mago fueron traducidos por escritores Romanos, tales como Columella,
Varro y Cato. Las traducciones nos dicen que las tradiciones de conservación del
suelo y del agua descubiertas en las laderas de la antigua Fenicia habían sido
traídas por colonizadores. Sospechamos que estas medidas proporcionaron la base
de la gran producción agrícola que era tan importante para los Romanos durante
la época del Imperio.
Sobre una amplia parte del antiguo granero de Roma encontramos el suelo lavado
hasta roca firme y las colinas seriamente zanjadas como resultado del
sobrepastoreo. La mayor parte de las tierras del valle aún siguen siendo
cultivadas, pero están siendo erosionadas en grandes barrancos, alimentadas por
acelerados escurrimientos de las tormentas de las áridas laderas. ésta es un
área que sostuvo a varias grandes ciudades en tiempos Romanos.
En Djemila encontramos los fantasmas de Cuicul. Ciudad que una vez fue grande,
populosa y rica; pero luego fue completamente cubierta por escombros de erosión
que habían sido lavados de las laderas circundantes, excepto por 3 pies de una
columna. Por 20 años, arqueólogos Franceses habían estado excavando esta
impresionante ciudad romana y habían descubierto grandes templos, dos grandes
foros, magníficas iglesias cristianas, y grandes depósitos de trigo y aceite de
oliva. Todo esto había sido enterrado por escombros de erosión que habían sido
lavados de las erosionadas laderas. Las colinas circundantes que una vez se
encontraron cubiertas con plantaciones de olivo, ahora se encuentran cortadas
con barrancos activos.
La moderna aldea acoge solo a algunos habitantes. Las tierras llanas aún se
encuentran cultivadas con grano pero las laderas están áridas, erosionadas y
consumiéndose. ¿Cuál es la razón para esta asombrosa decadencia y ruina?
Timgad, capital perdida de una agricultura perdida
Viajando más en dirección al sur, nos detuvimos para estudiar
las ruinas de otra gran ciudad Romana de áfrica del Norte, Thamugadi, ahora
llamada Timgad, (fig. 9). Esta ciudad fue fundada por Trajan en el primer siglo
d.C. Se extendía con un patrón simétrico y estaba adornada con magníficos
edificios, con un foro adornado con estatuas y pórticos tallados, una biblioteca
pública, un teatro con capacidad para aproximadamente 2,500 personas, 17 grandes
baños Romanos, y resplandecientes inodoros de mármol para el público.
Después de que la invasión de los nómadas en el séptimo siglo hubiese completado
la destrucción de la ciudad y la dispersión de su población, este gran centro de
cultura y poder Romano fue perdido al conocimiento por 1,200 años. Fue enterrado
por el polvo de la erosión de viento de tierras de cultivos circundantes, de
manera que solo quedaba parte del arco de Hadrian y tres columnas como lápidas
sobre los ondulados montículos, indicando que existió una vez una gran ciudad en
ese lugar.
El gobierno de Francia ha estado excavando este gran centro durante 30 años.
Extraordinarios ejemplos de construcción, de arte y de estilo de vida durante
los tiempos romanos en áfrica del Norte han sido revelados, todos respaldados
por la agricultura del Granero de Roma.
Pero hoy en día, este gran centro de poder y cultura del Imperio Romano es tan
solo desolación. Está representado por una moderna aldea de solo algunos cientos
de habitantes que viven en miserables estructuras, en las cuales las paredes son
construidas sobretodo con piedras extraídas de las ruinas de la antigua ciudad.
La erosión de agua ha cortado una zanja en la tierra y ha puesto en peligro un
antiguo acueducto que suministraba agua a la ciudad de Timgad desde un gran
manantial que se encuentra mas o menos a 3 millas de distancia.
Estudiamos, dentro y en los alrededores de Timgad, impresionantes ruinas de
grandes prensas de olivos; donde hoy no existe ni un árbol de olivo en el radio
del horizonte.
En la llanura de Túnez encontramos en El Jem las ruinas de un anfiteatro,
segundo en tamaño y solamente comparable con el de Roma, (fig. 10). Fue
construido para sentar aproximadamente a 60,000 personas, pero hoy en día sería
difícil encontrar a 5,000 personas en este distrito. La antigua ciudad se
encuentra ahora enterrada alrededor del anfiteatro, y una miserable aldea
moderna esta construida sobre la enterrada ciudad.
¿Cuál fue la causa de la decadencia de áfrica del Norte y la disminución de su
población? Algunos estudiantes han sugerido que el clima había cambiado y se
había vuelto más seco, forzando a la gente a abandonar sus extraordinarias
ciudades y trabajos. Pero Gsell, el renombrado geólogo que estudió este problema
por 40 años, desafió la conclusión de que el clima haya cambiado en cualquier
forma importante desde los tiempos Romanos.
Así que Hodet, Director de las excavaciones arqueológicas de Timgad, decidió,
como un experimento, plantar árboles de olivo en una parte no-excavada de la
ciudad, en un lugar en que no existiera la posibilidad de riego subterráneo.
Plantó tiernos árboles de olivo de la manera preescrita en la literatura Romana,
regándolos en las siguientes dos largas y secas temporadas de verano. Estos
árboles de olivo están prosperando, indicando que en los lugares en que la
tierra sigue en su lugar, árboles de olivo crecerán hoy probablemente tanto como
lo hacían en tiempos Romanos.
En las llanuras cerca de Sfax, antiguos viajeros encontraron ruinas de prensas
de olivos, pero no encontraron ningún árbol de olivo. Cuarenta años atrás se
decidió hacer un experimento de plantar árboles de olivo en ese lugar. Ahora,
más de 150,000 acres se encuentran plantados con árboles de olivo; sus productos
mantienen a prósperas industrias en la moderna ciudad de Sfax. Estos cultivos
indican que el clima de hoy no se ha convertido significativamente mas seco que
en tiempos Romanos.
Otros estudiosos de este desconcertante problema han sugerido que las
pulsaciones del clima con intervalos de periodos secos, suficiente largos como
para borrar la civilización de áfrica del Norte, se habían llevado acabo. Tal
hecho, indudablemente podía haber sido el caso. Pero en Sousse encontramos
evidencia contundente respecto a este punto en un olivar que había sobrevivido
desde tiempos romanos. Nos informaron que estos árboles de olivo tenían por lo
menos 1,500 años de edad.
Me interesó la forma en que estos árboles eran plantados – en cuencas protegidas
por lomas de tierra de manera que entre el escurrimiento de tormenta no-absorbido
de suelo más alto. Pasamos por esta área en un tiempo de fuertes lluvias, lo
cual mostró precisamente cómo este método había funcionado desde que los árboles
fueron plantados. Si es que hubo pulsaciones desde tiempos Romanos, este olivar
debería mostrar que los periodos más secos no fueron lo suficientemente severos
como para matar a los árboles de olivos. Concluimos que no parece probable que
ni un cambio progresivo del clima ni pulsaciones del clima sean los causantes de
la decadencia de áfrica del Norte. Debemos buscar otras causas.
En las laderas entre Constantina y Timgad encontramos en la tierra un registro
que indica lo que ha pasado con las tierras del granero de la antigua Roma.
Encontramos algunas colinas que, según los botánicos, se encontraban cubiertas
con una sabana de vegetación de árboles y pasto dispersos. La vegetación había
conservado una capa de la tierra en estas colinas por tiempo desconocido.
Con la llegada de la cultura de pastoreo introducida por invasores nómadas de
Arabia, la erosión fue desatada mediante el sobrepastoreo de las colinas.
Podemos ver en el paisaje cómo la capa del suelo ha sido lavada de la parte
superior de las laderas hasta roca firme. El escurrimiento acelerado de la roca
descubierta cortó zanjas en el borde superior de la capa del suelo haciendo que
baje como si estuvieran jalando una gran alfombra de las colinas.
La acumulación de corrientes torrenciales durante las tormentas de invierno está
cortando zanjas a través de las llanuras aluviales tal como lo hace en Nuevo
México, Arizona y Utah en nuestro país. El efecto de esto es el bajar el nivel
de agua subterránea, trayendo mas o menos los efectos de sequía sin que se haya
reducido la cantidad de lluvia.
De esta manera el país ha sido seriamente dañado, y la capacidad de sostener
población ha sido muy reducida. La erosión del suelo desatada y descontrolada es
suficiente para socavar una civilización, como encontramos en China y como
parece ser verdad en áfrica del Norte también.
Las tierras secas de áfrica del Norte
Viajamos rumbo sur a través de áfrica del Norte, hacia el
Desierto del Sahara, y entramos a zonas de menos lluvias. Más allá del área
cultivada en tiempos Romanos existía una zona destinada a la cría de ganado en
gran escala. Miles de cisternas fueron construidas en tiempos Romanos ó pre-Romanos
para atrapar el escurrimiento de agua de las tormentas, para luego almacenarla y
proveer a pueblos lejanos y para alimentar a manadas de ganado durante la seca
temporada de verano.
Muchas de estas cisternas estaban siendo limpiadas y reparadas por el gobierno
Francés antes de la Segunda Guerra Mundial, para ser utilizadas de igual manera
que en tiempos antiguos. Una cisterna moderna era cuatro veces más grande que
las cisternas de los Romanos, con una capacidad de almacenamiento de 100,000
pies cúbicos. Esta cisterna fue llenada en 2 años, y ahora proporciona agua a
los seminómadas que habitan en esta parte de áfrica del Norte.
Todavía más lejos, hacia el desierto, aproximadamente 70 millas al sur de
Tebessa, encontramos un ejemplo notable de antiguas medidas para la conservación
del agua. En alguna época en el periodo Romano o posiblemente pre-Romano, la
gente de esta región construyó diques de control para desviar el agua de las
tormentas de las laderas hacia canales. Estos canales esparcían el agua a una
serie extraordinaria de bancos en terrazas.
Esta área de inusual interés da lugar a una serie de preguntas que no somos
capaces de responder todavía. Si estas terrazas fueron cultivadas para cultivar
en tiempos pasados, son la mejor evidencia que tenemos de que el clima se haya
vuelto más seco desde el día en que fueron construidas. Pero si fueron
construidas con el propósito de esparcir agua para incrementar la producción del
forraje para el pastoreo de manadas, tal como son usadas hoy en día por los
Franceses, no son evidencia de un cambio adverso en el clima. Esta evidencia por
si sola podría dejarnos en la duda, pero otras evidencias indican que la mayor
parte del agua esparcida era utilizada para cultivos.
Sería interesante conocer la fecha y el propósito de la construcción de estas
terrazas. Posiblemente indican que debido a la ocupación de los Romanos en
áfrica del Norte, las tribus nativas fueron conducidas fuera de la frontera del
Imperio Romano y se vieron forzadas a idear estas refinadas medidas para la
conservación y el uso del agua en un área seca. O posiblemente indican que
áfrica del Norte era tan densamente poblada que era necesaria la utilización de
tan refinado sistema en la conservación del agua para sostener a la población en
los márgenes de una región llena.
Aunque la tierra de áfrica del Norte haya sido seriamente dañada, como uno
observa en lo que ha quedado repetidamente escrito en el paisaje, el país
todavía es capaz de una producción mucho más grande que la actual. En tiempos
romanos se alcanzó un alto grado de conservación de la tierra y del agua,
mediante un intensivo cultivo de huertos y viñedos en las laderas y un intenso
crecimiento de granos en los valles.
Todo esto dependía de la conservación y el uso eficiente de las lluvias.
Encontramos numerosas referencias de tales prácticas en la literatura de esos
tiempos. Pero, mientras los nómadas se abalanzaban desde el desierto, su extensa
y explotadora cultura de pastoreo reemplazaba a estas refinadas medidas del uso
de la tierra, y hacía que caigan en desuso y ruina. El curso destructivo de la
erosión fue desatado y la capacidad de la tierra de sostener gente fue
seriamente reducida.
El estudioso veterano del áfrica del Norte, el Profesor Gautier, respondió mi
pregunta de que si el clima de áfrica del Norte había cambiado desde los tiempos
Romanos, de la siguiente manera: "No tenemos ninguna evidencia que indique que
el clima haya cambiado en un grado importante desde la época de los romanos,
pero la gente sí ha cambiado".
Concluimos que la decadencia de áfrica del Norte se debe a un cambio en la gente,
especialmente a un cambio de cultura y de métodos del uso de la tierra que
reemplazó una intensa agricultura altamente desarrollada y que permitió a la
erosión devastar la tierra y cambiar el régimen de las aguas.
Algo acerca del uso de suelo en Italia
El curso oeste de la civilización ha dejado sus marcas en
Italia. Encontramos Paestum, al sur de Nápoles, uno de los templos Griegos más
preservados, localizado en la llanura costera, cerca del mar. En este lugar no
hubo ningún sobre-lavado de material de erosión, ni acumulación de polvo de
erosión por viento ni erosión de barrancos en la llanura. Caminamos en el mismo
nivel que caminaron los griegos que construyeron este templo hace 2,600 años.
Pero la presión de la población en Italia, bajo su sonriente clima y sus cielos
azules, ha empujado la línea de cultivo hacia las laderas y ha causado la
construcción de las aldeas en pintorescas crestas. En Italia existen 826
personas por milla cuadrada de tierra cultivada, mientras que en Estados Unidos
solo existen 208.
Este método de comparación de población nos da la ventaja debido a nuestros
amplios pastizales que soportan a grandes manadas de ganado. Pero si tuviéramos
la misma densidad de población por milla cuadrada de tierra cultivada en Estados
Unidos que en Italia, deberíamos tener 520 millones de personas. Esto nos da una
idea de las relativas densidades y las presiones de la población sobre la tierra
y explica el intenso uso no solo de las llanuras sino también de las empinadas
laderas.
No tenemos el espacio suficiente para explicar los detalles de cómo los Pantanos
de Pontine, que por 2,000 años desafiaron los esfuerzos de recuperación de los
antiguos gobernantes de Italia, recientemente fueron satisfactoriamente
recuperados. Esta antigua área mortal ha sido drenada y librada de malaria, y
ahora esta dividida en granjas equipadas con casas de concreto reforzadas y con
un diseño atractivo, donde las familias son establecidas libres de peligros de
la malaria y a salvo en la seguridad de su tierra.
Control de torrenteras en Los Alpes franceses
En el sureste de Francia encontramos las mismas condiciones de
uso intensivo de la tierra en valles y en terrazas en las laderas empinadas. En
los Alpes franceses, la presión de la población sobre la tierra de las llanuras
ha empujado la línea de cultivo sobre las laderas y hacia las montañas y ha
desnudado praderas llenas de hierba mediante el sobre- pastoreo.
Este uso excesivo de las áreas montañosas en los Alpes franceses ha
desencadenado torrentosas inundaciones que por más de un siglo hicieron estragos
en los productivos valles Alpinos. Escombros erosionales fueron desplazados por
constantes inundaciones torrenciales, enterrando campos, huertos y pueblos;
cortando líneas de comunicación y matando a los habitantes de los valles.
Esta amenaza al bienestar de esta región se volvió tan seria que el Gobierno
Francés, después de mucho estudio y legislación, emprendió un programa
constructivo para el control de torrenteras en 1882. Desde entonces, cientos de
millones de francos han sido invertidos en trabajos de control de torrentes que
son extraordinariamente satisfactorios.
Uso intensivo de la tierra en Francia
En el sur de Francia encontramos laderas cultivadas en
gradientes hasta de 100 por ciento. Las paredes de las terrazas eran del tamaño
del ancho de los bancos. Algunos de estos campos de terrazas habían sido
cultivados por más de mil años - probablemente mucho más tiempo, ya que se cree
que los Fenicios son los responsables del terraceo en esta parte de Francia,
(fig.11).
Cuando el suelo de estas terrazas se fatiga, estas son volteadas a una
profundidad de mas de 3 pies, esto ocurre cada 15 a 30 años, según se necesite.
A partir de entonces, un cultivo de cubierta es plantado en el nuevo suelo
expuesto, por 2 o más años, seguido por plantaciones de árboles de huerto, viñas
o vegetales.
Al este de Francia encontramos, en varias etapas, diferentes ajustes de cultivo
en las laderas. En algunos lugares, las terrazas fueron construidas con paredes
de roca en el contorno para reducir la pendiente de la ladera; en otras partes,
paredes de piedra fueron construidas en el contorno haciendo bancos elevados. En
otros lugares los agricultores cavaron la tierra del surco de la parte baja de
sus campos que ellos trazaron en cultivos de contorno en líneas, cargaban sus
carros con tierra y la echaban en las zanjas de la parte superior, a manera de
contrarrestar el lavado de suelo de arriba hacia abajo, por la configuración de
la pendiente, (fig. 12). Esto era realizado cada año. En los lugares en que la
ladera era demasiado pendiente para arrastrar la tierra hasta la parte superior,
cargaban la tierra del surco de la parte baja en canastas y la cargaban en sus
espaldas hasta la parte superior del campo. De esta manera estos granjeros de
Francia cuidan su tierra de generación en generación.
En el suroeste de Francia, en la región de Les Landes estudiamos, probablemente,
el mayor logro de la humanidad en cuanto a la recuperación de dunas de arena. Se
encuentra registrado que en el año 407 d.C. los vándalos barrieron a través de
Francia y destruyeron los establecimientos de personas, quienes en tiempos
pasados habían hecho sangrar a los pinos de la región de Les Landes para proveer
de resina a Roma. Multitudes de vándalos arrasaron los pueblos, dispersaron a la
población e incendiaron los bosques, destruyendo la cubierta de una vasta área
arenosa. Vientos predominantes del oeste comenzaron a mover la arena. Con el
tiempo, las dunas de arena se fueron moviendo, cubriendo un área de más de
400,000 acres que sucesivamente creó 2¼ millones de acres de pantanales.
Las dunas de arena en su marcha en dirección al este, cubrieron granjas, pueblos
y represas de arroyos, causando que se formen pantanos a su paso. Le siguió la
malaria y prácticamente se despobló la región que una vez había sido productiva
y densamente habitada. Estas condiciones causaron no solamente enfermedad y
muerte, sino también empobrecimiento de la gente.
En 1778 Villers fue designado por el Gobierno Francés para crear un puerto
militar en Arcachon. Villers reportó que primero era necesario conquistar el
movimiento de las dunas de arena, y presentó el principio de ‘'fijación de dunas''.
Cerca de 20 años más tarde, Napoleón designó a su famoso ingeniero, Bremontier,
para controlar estas dunas.
El espacio de esta publicación no me permitirá relatar los fascinantes pasos de
este proceso – de cómo las dunas fueron conquistadas estableciendo una duna
litoral y reforestando la arena de atrás, y cómo tierras pantanosas fueron
drenadas por Chambrelent después de un largo periodo de experimentación y de
persuasión de oficiales públicos. Ahora, esta región es un vasto bosque que
soporta industrias prósperas de madera y de resina, así como numerosos recursos
de salud.
Afortunadamente para la comparación, una duna en tierra privada fue, por alguna
razón, dejada sin controlar. Esta duna es de 2 millas de largo, ½ milla de ancho
y 300 pies de altura, (fig. 13). Se está moviendo ahora hacia la tierra,
cubriendo el bosque a razón de 65 pies por año. Al pararme en esta duna y ver en
todas las direcciones un bosque ondulante de árboles de hojas perennes en el
horizonte, comencé a apreciar la magnitud del logro de convertir la gigante duna
de arena y pantano en provechosos bosques y recursos de salud.
Cómo los Holandeses cultivan en el suelo del océano
En Holanda encontramos otro de los grandes logros de la
humanidad – la recuperación del suelo del océano para cultivar.
Holanda es una tierra de aproximadamente 8¼ millones de acres, dividida en dos
partes casi iguales, – sobre y debajo del nivel de la marea-alta del océano. Se
encuentra habitada por 8 millones de personas trabajadoras. Su territorio
incluía el gran delta del Mar del Norte, construido por productos de la erosión
que fueron tallados de las tierras alemanas, suizas y del norte de Francia,
transportadas por los ríos Rin y el Meuse. Ahora, 45 por ciento del área se
encuentra por debajo del nivel de la marea-alta y un cuarto se encuentra por
debajo del promedio del nivel del mar. Desde tiempos inmemoriales, los
Holandeses han estado llevando a cabo una interminable batalla con el mar. Se
han convertido en expertos en sisar tierra de las garras de las embravecidas
aguas del Mar del Norte.
Si los Estados Unidos tuviera la misma densidad de población por milla cuadrada
de tierra cultivada que Holanda, la población de estados Unidos sería de 1¼
billones. La densidad de población de Holanda ha exigido un incremento en el
área de su tierra.
En vez de buscar tierra adicional a través de la conquista de sus vecinos, esta
búsqueda se ha convertido en la conquista del mar.
El proyecto Zuider-Zee, que tomó dos siglos en su planificación, es la obra
maestra de Holanda en una batalla de 2,000 años con el Mar del Norte. Este
proyecto añade más de 550,000 acres de tierra a Holanda, convirtiendo el antiguo
Zuider-Zee en un lago de agua-dulce renombrado como Yssel Meer.
Los Holandeses habían construido enormes diques para retener al mar, y bombearon
el agua de las cuencas con grandes plantas de bombeo. Controlaron el mar con
diques, sacaron el agua de la tierra, la separaron de su sal, y la convirtieron
en tierra productiva para cultivos. Nos paramos sobre fértiles tierras
cultivadas que 7 años atrás eran el suelo del mar, pero hoy en día se encuentran
divididas en granjas equipadas con magníficas casas y grandes graneros, (fig.
14). A un costo aproximado de $200 por acre, esta tierra fue recuperada del mar
y dividida en granjas.
De este modo, los Holandeses han creado un nuevo paraíso agrícola al cual
solamente selectos granjeros pueden entrar. De 30 solicitudes existentes para
cada granja, se selecciona a una sola persona basándose en los rasgos de
carácter, los antecedentes de familia y su libertad de deuda. El solicitante
elegido es colocado a prueba por un periodo de 6 años. Si cultiva la tierra
acorde a los mejores intereses de la tierra y del país, se le permitirá quedarse
otro periodo. Si no logra hacerlo, debe irse y dar la oportunidad a otro
granjero solicitante.
Una mirada a Inglaterra
En el templado clima de Inglaterra encontramos que los
cultivadores de tierra han tenido poca dificultad con la erosión del suelo. Esto
es cierto ya que no llueve fuerte, simplemente llovizna, las laderas son poco
pronunciadas, y los campos usualmente son cultivados con plantas sembradas cerca
entre sí. Inglaterra se encuentra bien situada para cultivos de pradera y para
el crecimiento de granos pequeños. Los "cultivos-limpios" nunca han sido de uso
general. Encontramos campos en Inglaterra que habían sido cultivados por más de
mil años, donde la producción de trigo ha subido a promedios entre 40 y 60
fanegas por acre. La máxima producción hasta ahora es de 96 fanegas por arce.
Los principales problemas para los granjeros de Inglaterra son las rotaciones,
selección de semillas, e implementos agrícolas.
La Segunda Guerra Mundial generó nuevas exigencias en las tierras de Inglaterra.
Antes de que fueran bloqueadas por sus enemigos, las Islas Británicas dependían
de las importaciones para conseguir dos tercios de todas sus reservas de
alimentos. Un tercio de su población era alimentada por su propia tierra,
requiriendo aproximadamente 12 millones de acres para este propósito. Nada menos
que 50 por ciento más de la tierra fue arada para cultivar alimentos. Las
praderas de las laderas fueron cultivadas. La erosión del suelo puede
convertirse en un problema más serio que nunca en la agricultura Británica
debido a las extraordinarias y crecientes demandas de alimentos.
El Nuevo Mundo
Y ahora cruzamos el Atlántico, al Nuevo Mundo, el cual había
sido aislado por la gente del Viejo Mundo hasta que la civilización avanzó por
6,000 años completos.
La gente encontrada en estos lugares, presumiblemente descendientes de tribus
que venían desde Asia en un lejano pasado, habían sido discapacitados en el
desarrollo de la agricultura por la falta de animales domésticos grandes y
porque no conocían la rueda ni el uso del hierro. De todos modos, habían
aprendido a conservar la tierra y el agua en una forma notable, especialmente en
la agricultura de terrazas del Perú, de Centroamérica y en el país Hopi del
Sudoeste de los Estados Unidos. Algunas personas han dicho que este conocimiento
fue traído a través del Pacífico Sur, a través de islas, en las cuales, en
muchas de ellas todavía encontramos tales prácticas. En cualquier caso, debido a
la falta de herramientas de hierro o hasta de bronce, la mayor parte de estas
personas dependieron ampliamente de la cacería, la pesca, y de congregarse–
junto con rotación de cultivos – para su sustento. Por lo tanto, la mayor parte
de los recursos de la tierra parece estar intacto.
Para la gente del Viejo Mundo, América era una tierra de promesas y de
liberación de opresiones económicas y políticas traídas por poblaciones
congestionadas y fracasos de la gente para encontrar ajustes a su largamente-usada
tierra.
Cuando los primeros colonizadores ingresaron, Norte América era una inmensa área
de tierra buena y más generosa en materia prima que nunca antes fuera entregada
a pueblo alguno. Sus suelos eran gruesos, con fertilidad acumulada a través de
los tiempos; sus montañas estaban llenas de minerales y de bosques, sus ríos
cristalinos se encontraban repletos de peces. Todos estos eran abundantes –
productividad del suelo, materia prima, y el poder de una extraordinaria
civilización.
Esta era la última frontera; pues no existen nuevos continentes a descubrir, a
explorar, y a explotar. Si vamos a descubrir la manera de establecer una
civilización duradera, debemos hacerlo aquí, pues este es nuestro último recurso.
Todavía no hemos descubierto completamente esta vía; estamos en busca de la vía
y la luz. Este es un reto de los tiempos tanto para ancianos como para jóvenes.
Aquí existe una oportunidad de resolver este antiguo problema de establecer una
civilización duradera – de encontrar un ajuste entre la gente y sus recursos
terrestres.
Nuestra tierra es como una granja muy grande con campos para cultivar el algodón,
el maíz, y otros productos. Con tierras para pastoreo, bosques y agricultura en
general. En el oeste, nuestro territorio tiene vastas extensiones de tierra
apropiada para pastoreo, para la cría de rebaños de ovejas y ganado vacuno, con
fértiles valles aluviales en las regiones áridas, bajo la mirada de majestuosas
montañas que condensan las aguas de vientos cargados de humedad para regar
tierras jardineras. Así es nuestra granja estadounidense, capaz de alimentar por
lo menos a 350 millones de personas cuando la tierra esta siendo cultivada de
forma intensiva bajo completa conservación y totalmente ocupada con una compleja
división del trabajo que nos brindará niveles de vida más altos de los que ahora
disfrutamos.
El registro de nuestra tierra
Pero ahora leamos el registro de nuestra propia tierra en un corto periodo de
300 años.
En los pasados 150 años, nuestra ocupación de esta fabulosa tierra coincidió con
la venida de la edad de la ciencia y las máquinas a motor.
A lo largo de la costa Atlántica en el Piedmont, encontramos paisajes
encantadores de campos con suelos rojos y resplandecientes campos de grano. Pero
en medio de ellos encontramos a un insidioso enemigo devorando la tierra y
robándosela, trabajando sistemáticamente, la erosión de capas de suelo, lluvia
tras lluvia, lavando la tierra hacia los arroyos y hacia el mar. La erosión de
capas de suelo es poco profunda, pero está marcada por un sin numero de pases a
la tierra y desparramada con cada ingreso de la pala.
Olvidamos lo que le está sucediendo a la buena tierra hasta que medimos estas
pérdidas de suelo y de agua. Ahora, más de 300 millones de nuestros 400 millones
de acres de campos de cultivo están siendo erosionados mas rápido de lo que la
tierra se esta formando. Eso equivale a destrucción de la tierra si la erosión
no es controlada.
No hacemos suposiciones. Estaciones de experimentos de erosión localizadas a lo
largo del país nos han dado respuestas precisas. Comparemos las tasas de erosión
bajo diferentes condiciones de cobertura y uso de la tierra. Mediciones a través
de 5 años en la estación de experimentos de erosión de Statesville, NC muestran
que en una ladera de 8-por-ciento la tierra en descanso, sin cultivos, perdió
cada año un promedio de 29 por ciento de lluvia por escurrimiento inmediato, y
64 toneladas de suelo por acre, como efecto del lavado de la superficie.
Esto significa que en 18 años, 7 pulgadas de tierra, (la profundidad promedio de
suelo de superficie), serian lavadas. Bajo cultivo continuo de algodón, como una
vez fue la practica general en esta región, la tierra perdió cada año un
promedio de 10 por ciento de lluvia y 22 toneladas de tierra por acre, cada año.
A esta tasa, 7 pulgadas de tierra tardarían 44 años en erosionar. Las rotaciones
continuaron pero no detuvieron la erosión. La tierra perdió 9 por ciento de
lluvia y suficiente suelo como para que en 109 años se pierdan 7 pulgadas de
suelo. Esto es un período muy corto para la historia de una nación. Sin embargo,
en aquellos lugares donde se dejó la tierra con hierba, esta perdió menos del
uno por ciento de lluvia y una cantidad de suelo tan pequeña, que tomarían
96,000 años para lavar esas mismas 7 pulgadas de suelo útil. Esta tasa es, sin
duda alguna, más lenta que la formación de suelo.
Bajo la cobertura natural de los bosques que se queman anualmente como ha sido
desdichadamente la costumbre de los bosques del sur, la tierra perdió 3 1/2 por
ciento de lluvia y 0.06 toneladas de suelo por acre cada año; de manera que
tomaría 1,800 años erosionar 7 pulgadas de tierra. Pero en los lugares en que el
fuego fue mantenido fuera de los bosques y donde la basura forestal fue
acumulada en el suelo de los bosques, la tierra perdió menos de un-tercio de 1
por ciento de lluvia. Y de acuerdo a los cálculos, requeriría mas de 500,000
años para lavar 7 pulgadas de tierra. Tal tasa de erosión es sin duda mucho
menor a la tasa de formación de suelos.
En pocas palabras, por así decirlo, tenemos el peligro subyacente de la
civilización. mediante el despeje y el cultivo de las tierras en pendiente – ya
que la mayor parte de nuestras tierras son mas o menos inclinadas – exponemos a
las tierras a erosión acelerada a través de agua o a través de viento, y a veces
agua y viento de manera conjunta.
Haciendo esto, entramos a un régimen de agricultura autodestructiva. Los
resultados desastrosos de este tipo de agricultura suicida han sido eludidos en
el pasado mediante migración a una nueva tierra, o, en lugares donde esto no era
factible, mediante la construcción de terrazas en laderas, con paredes de piedra
como fue hecho en la antigua Fenicia, en el Perú y en la China.
El escapar hacia una nueva tierra ya no es una salida. Hoy en día nos toca mirar
cara a cara la necesidad de encontrar un modo de establecer agricultura
permanente en nuestras granjas cultivadas, antes de que sean dañadas de manera
permanente y antes de que comience a existir escasez de comida para una
población creciente.
En una tierra poco poblada como la nuestra, cultivada extensivamente más que
intensivamente, existirá suficiente flexibilidad mucho antes de que exista una
necesidad de racionar en escala nacional. Pero las privaciones de familias
granjeras individuales, resultantes del desperdicio de la tierra por la erosión,
son indicadores de lo que le ocurrirá a la Nación. Conforme nuestra población
crezca, la producción agrícola irá en descenso por sobreexplotación de recursos
de suelo, salvo que se pongan en práctica medidas de conservación del suelo en
todo el territorio.
Debemos poseer cierta cantidad de abundancia para ser previsores: un granjero
hambriento se comerá sus semillas; tú lo harás y yo lo haré, aunque sabemos que
será fatal para la cosecha del siguiente año. Ahora es el momento, mientras
todavía tenemos suficiente tierra buena y capaz de ser restaurada para completa
o mayor productividad, de llevar a cabo un programa completo de conservación de
suelo y de agua. Esto es necesario para construir una civilización en este lugar
que no caiga como otras, cuyas ruinas estudiamos en este boletín.
Se debe encontrar una solución al problema de cultivo en pendientes si vamos a
establecer una agricultura duradera en los Estados Unidos. De 460 millones de
acres apropiados para cultivos, solo tenemos cerca de 100 millones de acres de
tierras aluviales planas donde el peligro de la erosión es insignificante. La
mayor parte de nuestra producción viene de las tierras de las laderas donde el
peligro de la erosión del suelo esta siempre presente. Esto llama urgentemente
al descubrimiento, la adaptación, y la aplicación de medidas para la
conservación de suelo.
En los resultados de la estación de experimentos de erosión de Statesville vimos
cómo un bosque con basura forestal de suelo era efectivo para mantener baja la
tasa de erosión de suelo con respecto a tasas de la formación de suelos. De
tiempos incalculables de reacciones interminables entre fuerzas de erosión que
desgastan la tierra y fuerzas del crecimiento de plantas que urbanizan la tierra
a través de vegetación, la capa de basura forestal ha probado ser el agente
natural más efectivo en la reducción del lavado de la superficie de la tierra.
Aquí está nuestro claro objetivo para una agricultura permanente, concretamente,
salvaguardar el cuerpo físico del suelo y mantener bajo el nivel de desperdicio
producido por erosión en los terrenos con cultivos. Asemejar los niveles de
erosión que se encuentran en la vegetación natural.
Hace unos cuantos años encontré a un granjero de colina en la parte oscura de
las montañas de Georgia. El granjero estaba tratando de aplicar en su cultivo de
maíz la función de basura forestal tal como lo había visto en el bosque cercano
sobre la misma ladera y sobre el mismo tipo de suelo.
Para mí fue una gran experiencia hablar con J. Mack Gowder del condado de Hall,
GA sobre los campos que había cultivado por 20 años en una forma que ha captado
la imaginación de agricultores pensadores de la nación. Hablamos de la simple
estrategia de la basura forestal de suelo y de cuan efectiva es en la prevención
de la erosión de suelo aun en laderas pendientes, y de cómo pensó que si la
basura en la superficie terrestre funcionaba en los bosques, entonces debía
también funcionar en sus campos cultivados en las mismas laderas.
El Sr. Gowder me dijo cómo hace 20 años, cuando era joven, compró esta empinada
y arbolada tierra, tuvo la esperanza de eludir la erosión de suelo que estaba
arruinando granjas en tierras mejores y más lisas del país. Planificó hacer esto
revolviendo el suelo con arado profundo pero sin girar la tierra.
De esta manera, podía dejar que la basura de su cultivo en la superficie haga el
mismo tipo de trabajo que la basura forestal hace. Gowder escogió un arado
"Lengua de Toro" de solamente 4 pulgadas de ancho para hacer el truco. Me dijo
que sus vecinos se le rieron por estas tontas formas de arar. Como concesión a
las costumbres de la región, utilizó canales en terrazas con un pequeño desnivel,
como medida preventiva en contra del escurrimiento de tormentas de lluvias
inusuales. Pero hasta ahora no han sido necesarias.
Ahora Gowder esta cultivando en la capa superior del suelo en laderas de hasta
17 por ciento mientras que a sus burlones vecinos solamente les queda la capa
inferior del suelo para cultivar ya que han perdido toda la capa superior del
suelo debido a la erosión.
Dejar la basura o saldos del del cultivo en la superficie terrestre en las
operaciones agrícolas, es una de las contribuciones más significativas a la
agricultura estadounidense. Ciertas adaptaciones del método deben ser realizadas
para confrontar los problemas de las diferentes regiones, pero el nuevo
principio es la contribución de importancia.
Señales de peligro en América
En pocos años, la erosión de las capas se convierte en zanjas si es que no se
controla. Estas zanjas se convierten en innumerables cunetas, llevando a aguas
de tormenta e inundaciones relámpago que excavan cañones en miniatura y arruinan
la tierra para su futuro uso en cultivos, (fig. 15). El material que es lavado
de estos barrancos es arrastrado a ríos de los valles causando que disminuyan en
su profundidad, llenando represas, y destruyendo el almacenaje de agua para la
energía hidroeléctrica y para la el riego.
Uno de los hallazgos más importantes en esta investigación del uso de la tierra
a través de 7,000 años, es que el mayor problema que han encontrado los
agricultores a través de los tiempos es tratar de establecer una agricultura
permanente en las tierras pendientes. Hemos leído el registro tal como está
escrito en la tierra. Fracasos de lugar en lugar y en algunas instancias, éxito.
Este mismo problema se encuentra con nosotros en nuestra nueva tierra de los
Estados Unidos, donde millones de acres han sido destruidos, imposibilitando su
futuro cultivo y siendo abandonados.
El camino hacia una agricultura duradera
La solución para cuidar nuestros suelos en pendiente, donde la erosión del suelo
por efecto del agua es un peligro, es (1) la capacidad de la tierra de absorber-agua-de-lluvia
a través de mantener la basura de los cultivos en la superficie, la mejora del
suelo, la rotación de cultivos, y el plantado en hilera en el contorno; y (2)
guiar el agua de las tormentas que no haya sido absorbida en canales de terrazas
de base-ancha hacia canales de salida y hacia canales naturales de drenaje. En
años recientes hemos aplicado estas medidas en millones de acres, como se puede
ver desde un avión cuando se vuela sobre el país.
Cerca de Temple, TX, en el drenaje de North Elm Creek, 174 granjeros vecinos
formaron una asociación de conservación de la tierra en base a sus drenajes,
ignorando bordes de propiedad y condado de la misma manera en que el agua de
escurrimiento ignora tales fronteras arbitrarias, (fig. 16). Se construyeron
canales de salida para transportar el agua de manera inofensiva a través de las
granjas hacia los canales naturales de desagüe. De esta manera, un canal de
salida puede servir para cinco granjas. A través de este enfoque de conservación,
es posible tratar la tierra de acuerdo a su adaptabilidad y controlar aguas de
tormentas de acuerdo a principios hidráulicos. Sin duda, esto es ingeniería
fisiográfica que construye una base durable para una prospera civilización.
Esto no significa que ya hemos encontrado la respuesta final para el control
completo de la erosión del suelo. Puede que nuestras practicas actuales no
detengan la erosión, pero la reducirán mas y más mientras la aplicación de las
medidas sea más completa. Estas medidas necesitarán ser mejoradas en la medida
en que la tierra se use de forma mas intensiva.
La erosión del viento es un problema serio y destructivo pero restringido a un
área más pequeña en el país que la que enfrenta erosión de agua. La erosión de
viento ataca tierra plana o en pendiente, en sectores semi-áridos del país. La
erosión de viento clasifica la tierra de forma más minuciosa que la erosión de
agua, levantando partículas buenas y fértiles de la tierra hacia arriba y
dejando atrás partículas gruesas y más pesadas, que se convierten en montículos
de arena y luego en dunas de arena. Tal fue el caso del llamado "Dust Bowl" en
los Grandes Llanos de Norteamérica.
El control de la erosión de viento se basa primeramente en acoplar el uso de la
tierra con sus capacidades, y en conservar toda o la mayor parte de lluvia que
cae en ella. Esto llama al cultivo de los contornos, excepto en las tierras
planas. Algunas de las medidas apropiadas consisten en los cinturones de cultivo
en hilera, técnicas de remoción del suelo que dejen el residuo o basura de
cultivos en la superficie y rotación que permita humedecer lo que está guardado
en el suelo. Estas técnicas, junto a mejoras progresivas del manejo de las
prácticas de la tierra controlarán la erosión de viento. Sin embargo, la tarea
del control de la erosión de viento ha probado ser más simple que la menos
espectacular pero más insidiosa erosión de agua.
Lecciones del viejo mundo
En esta disertación sobre las lecciones del Viejo y Nuevo Mundo con respecto a
la conservación de la vital herencia de nuestra gente, he puesto un énfasis
especial en salvar el cuerpo físico de los recursos de la tierra más que su
fertilidad. El mantenimiento de la fertilidad es responsabilidad de cada
granjero. La conservación de la integridad física del recurso de la tierra es
responsabilidad tanto de la nación, el granjero y el propietario, a fin de
salvar la herencia de la gente y de resguardar el bienestar de la nación. Si el
cuerpo físico del recurso de la tierra es salvado, nosotros como individuos
estamos resguardados con libertad de acción. Podemos aplicar fertilizantes y
sembrar nuestra elección de cultivos de acuerdo con las demandas del mercado y
las necesidades nacionales.
Si la tierra es destruida no existe libertad de decisión ni de acción, pues
condenamos a esta y a futuras generaciones a privaciones y peligros innecesarios.
La tarea de salvar nuestra tierra de mayor daño futuro y la de recuperar vastas
áreas de suelo dañado requieren completa cooperación de intereses individuales
de los granjeros con liderazgo técnico y asistencia del Gobierno, si queremos
tener éxito.
Otra conclusión derivada de nuestro estudio de la tierra a través de 7,000 años,
donde las condiciones económicas han cambiado para mejor o peor mas rápidamente
que el clima, es que la tierra, después de todo, no es un producto de
intercambio económico (un commodity). Es una parte integral de nuestra nación,
incluso tal como lo es su gente, y requiere protección por parte del propietario
individual y también por el país. En ninguna parte se ha ilustrado tanto esta
relación como en California, cuando el oro atrajo a un gran grupo de gente a la
región, pero los suelos de sus valles han mantenido a este asentamiento humano.
Un "undécimo mandamiento"
Cuando en Palestina, en 1939, consideré los problemas del uso del suelo a través
de los tiempos, me pregunté si Moisés, cuando fue inspirado a entregar los Diez
Mandamientos a los Israelitas en el Desierto, para establecer la relación entre
el hombre y su Creador y entre sus compañeros – había previsto lo que le pasaría
a la Tierra Prometida después de 3,000 años y lo que le pasaría a cientos de
millones de acres que fueron una vez tierra buena, tal como he visto en China,
Corea, áfrica del Norte, el Cercano Oriente, y en nuestra propia tierra de los
Estados Unidos – si Moisés había previsto lo que la agricultura suicida haría al
suelo de la Tierra Santa – habría sido inspirado a entregar otro Mandamiento
para establecer la relación entre el hombre y la tierra, y completar la trinidad
de responsabilidades del hombre hacia su Creador, sus compañeros y la Santa
Tierra.
Cuando fui invitado a emitir una charla sobre la conservación del suelo en
Jerusalén, en Junio de 1939, presenté por primera vez lo que se ha llamado el
"Undécimo Mandamiento", como sigue:
Tu heredarás la Santa Tierra como fiel guardián, conservando sus recursos y su
productividad de generación en generación. Tu resguardarás los campos de la
erosión del suelo, tus aguas vivas de que se agoten, protegerás tus bosques de
la desolación y protegerás tus colinas del sobrepastoreo de los rebaños, para
que tus descendientes tengan abundancia eterna. Si cualquiera fallare en este
cuidado de los suelos de las tierras productivas, éstas se convertirán en suelo
estéril y rocoso y en barrancos desperdiciados y tus descendientes disminuirán y
vivirán en pobreza o desaparecerán de la faz de la tierra.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, (USDA por su sigla en
Inglés), prohíbe la discriminación en todos sus programas y actividades en base
a raza, color, nacionalidad, género, religión, edad, discapacidad, creencias
políticas, orientación sexual, y estado civil o de familia. (No todas las bases
prohibidas se aplican en todos los programas.) Las personas con discapacidad,
que requieran medios alternativos de comunicación para programas informativos,
deben contactarse con el: USDA's TARGET CENTER, al 202 720 2600
Publicado en Agosto de 1953.
Ligeramente revisado en Agosto de 1975.
Ligeramente revisado en Febrero de 1997.
Ligeramente revisado en Septiembre de 1999.
|